Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
'Tierra del Agua' es un hotel perdido en el Parque Natural de Redes, en la montaña suroriental asturiana. Ya solo su localización invita a la desconexión, pero todo lo organizado aquí hacen que se convierta directamente en un "búnker antigustias". El día empieza en ayunas y sin móvil, con un paseo en silencio observando la naturaleza que rodea la aldea de Caleo; luego, yoga entre las hayas y los castañas del Valle del Xulió y un almuerzo detox para saborear con calma. Si hace bueno, la piscina infinity servirá de aperitivo a la terapia mindfullness impartida por especialistas. Y, para terminar un día de completo bienestar, un cóctel en el chill out observando el atardecer.
En Cartagena encontramos otro de esos destinos holísticos en los que todo gira en torno al aquí y el ahora. El clima de la zona posibilita descubrir el espacio natural de Cabo Tiñoso durante prácticametne todo el año y descansar en este conjunto de casas rurales donde por ejemplo no hay televisión, pero sí terapia con caballos. El cuartel reahabiltado, un asilo de árboles de la zona, una piscina sin agua salina para que las aves puedan beber y una cocina que funciona únicamente con leña y carbón. La dedicación total al entorno que lleva por bandera Miguel Manuel Pérez-Guillermo, el alma del lugar, deja a los visitantes con una paz que tarda días en diluirse.
Hay vida más allá de las Cíes en la ría de Pontevedra y la Ons vienen a recordarlo: el plan es recorrerla en bicicleta de montaña y luego descansar en el glamping, solo necesitas un par de piernas y los ojos bien abiertos. Playas salvajes, montes deshabitados, praderas alfombradas, bosques sobrecogedores y playas nudistas se van sucediendo durante el intenso recorrido a pedales por el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Serán tantos los estímulos que solo podrás centrarte en exprimirlos hasta la llegada al alojamiento -primer glamping autosostenible de Galicia-, donde podrás reponer fuerzas viendo el mar desde lo alto de la isla. Desconexión pura.
Y si hablamos de turismo holístico hay que nombrar la tan mencionada España vaciada. Hay comarcas en Castilla donde el tiempo de verdad se ha detenido y si además se enmarcan en una Reserva de la Biosfera, como es el caso del Valle de Ancares en León, el fin de semana ya está hecho. Castaños, nogales y robles centenarios tapizan las montañas que rodean unas poblaciones prácticamente deshabitadas, y recorrer esos bosques es, simplemente, un regalo para el espíritu. Pallozas -viviendas de planta circular con muros de piedra y tejados de paja- y algún que otro monasterio neoclásico adornan el camino y los atentos quizá puedan ver jabalíes, lobos o ciervos, no sería raro pues la convivencia del humano con la fauna silvestre aquí es costumbre.
Para reflexionar sobre el cuidado de la naturaleza, para dejarse ir caminando junto al río o por encima, y para apreciar los matices verdosos y azules entre las agujas casi perfectas de piedra esculpidas por la lluvia. Para todo eso es perfecta la ruta por el Parrizal de Beceite, en la cabecera del río Matarraña. Ocho kilómetros escuchando al paisaje, paladeando los sonidos del bosque y tocando sin arrancar donde los turnos garantizan una cierta privacidad. Recorriendo este desfiladero calcáreo, el tiempo es relativo y apetece pararse a grabar en la retina cada recoveco. Si después de esta placentera incursión en la naturaleza se hace demasiado cuesta arriba la vuelta a la ciudad, se puede alargar la experiencia durmiendo en 'La Consolación', a una hora del Parrizal en coche. Allí el lujo es el paisaje, ya que el hotel está constituido por una serie de cubos integrados en los pinos y las encinas de la comarca. Solo podrás sentarte a observar.
La comarca de Valderredible, en Cantabria, es un concepto holístico en sí mismo. Se puede empezar visitando Loma Somera, un joya solo para entendidos en paz y naturaleza. Se trata un pueblo de cuatro habitantes, una calle Mayor de trazado medieval bien cuidado, dos fuentes que arrullan con su agua al pueblo, junto con los vencejos y golondrinas; un par de iglesias humildes y hermosas y un roble milenario, La Piruta. Para atender a la parte más artística de la desconexión, el arte rupestre y románico se hacen fuertes en Santa María de Valverde y Arroyuelos, por ejemplo. A pocos kilómetros, en la ruta de robles milenarios de Bustillo del Monte, te podrás sentir druida por un día y, para un descanso a la altura de lo vivido, el 'Hotel Molino de Tejada', un antiguo molino donde la literatura y naturaleza se abrazan.
El balenario 'Terma Pallarés' ha cumplido 150 años de tratamientos termales, paseos de cuento de hadas y visitas ilustres. Juan Ramón Jiménez y José Luis Sampedro han sido algunos de los visitantes notables de este complejo de tres hoteles que rodean el lago termal de Alhama de Aragón. Sus aguas, a 32º, tienen propiedades terepéuticas, pero tampoco faltan los masajes y otras técnicas hidrotermales y terapias con, por ejemplo, arcilla de diferentes colores. Si quieres descansar, ser cuidado, rodearte de aura señorial y pasearte todo el día en albornoz blanco como si de un uniforme se tratara, es tu sitio.
La luz de la Albufera baña la repeción del Parador de El Saler en Valencia. Entre el Mediterráneo y el lago más grande de la península ibérica se construyó este lugar para el disfrute. Justo ahí, donde la luz del parque natural brilla la mayor parte del año bajo un cielo obstinado en ser azul, el descanso es un regalo envuelto en un paisaje increíble. En el alojamiento de El Saler se siente esa esencia tan especial de la costa valenciana, donde sus tortugas marinas y sus 300 especies de aves mantienen atento al visitante, y un spa con diferentes espacios convierte en adeptos a los que llegan. Y todo esto, al amparo de un proyecto cada vez más sostenible.
"Dejar las preocupaciones en casa" es la filosofía de 'Mar de Fulles', un hotel sostenible enclavado en un bosque de alcornoques centenerios, en plena sierra del Espadán. Totalmente autosuficiente, y dirigido por un exactivista de Greenpeace y su mujer, este alojamiento ofrece unas vistas sobrecogedoras de su entorno y en él se imparten clases de yoga, pilates y taichí. A este lugar no le falta un detalle para ser considerado un destino puramente holístico. A menos de 20 kilómetros de la playa y con un servicio de bicicletas para recorrer la zona con calma, y una cocina de kilómetro cero: aquí la huerta es el almacén y tanto el paladar como el estómago, lo notan.
Aún existen lugares para salirse del mundo. Sitios tan necesarios para huir del ajetreo urbano y la carga de las rutinas diarias como para valorar lo que hemos aprendido con estos tiempos que corren: las bondades de estar al aire libre, caminar por la naturaleza o disponer de un espacio donde mantener las distancias no sea una carrera de obstáculos. Existen lugares donde los nervios de uno se apaciguan con unas buenas dosis de tranquilidad y quietud. Haberlos haylos. Un ejemplo es el ‘Hotel Rural El Sosiego’, escondido en el corazón de la Sierra de Gata (Cáceres), un lugar donde la banda sonora es el silencio.
El 'Hotel Llano Tineo' se encuentra en una finca donde el jardín se cuida con esmero para que el césped sea siempre, o al menos en la medida de los posible, el único telar sobre el que se apoyan sus paredes. Los árboles frutales lo envuelven para alegrar la vista y dar buenas sombras en este refugio con vistas a Gredos. Aquí manda la naturaleza, tanto dentro como fuera de la casa, y da la sensación de estar en casa de unos familiares muy hospitalarios, ¿qué hay más holístico que eso? Comida casera y una terraza donde quedarse a vivir completan una experiencia que demuestra que a veces no hacen falta grandes lujos para desconectar de verdad.
Aquí se busca el descanso a todo los niveles, así que el personal del hotel te lleva en boogie. Un telescopio, ramillestes de flores silvestres y buenas lecturas esperan al huésped en la cabaña. Las vistas de la dehesa de Córdoba, los aromas y los sonidos de la naturaleza se cuelan a través de las grandes cristaleras de estas seis cabañas entre las copas de los árboles, bien repartidas para preservar la privacidad. La piscina privada, la gastronomía de kilómetro cero y la calma total convierten el glamping 'La Dehesa Experiences' en el lugar perfecto para resetear en el corazón de Sierra Morena, en Adamuz.
Despertar entre los robles de la Sierra de Gata y que el desayuno recién hecho ascienda en una polea hasta la terraza de tu cabaña de madera a ocho metros de altura podría ser un sueño, pero es una realidad en las Cabañas en los Árboles de Villasbuena. Totalmente integradas en el paisaje y conformando un complejo totalmente sostenible, son solo seis y se reparten en 12 hectáreas, así que la intimidad tampoco será un problema.
Índice