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Es festivo al mediodía y apetece juntarse sin complicarse la vida ni gastarse mucho dinero: es el momento del pollo asado con patatas. Hace tiempo que este plato dejó de ser un recurso para salir del paso y en las ciudades se siguen abriendo sitios donde el pollo asado es tradición, pero también ceremonia e incluso algo gourmet. ‘Els Pollos de Llull’ (Nápols, 212. Barcelona) llevan en eso desde 1996 con sus dos locales en la Ciudad Condal. “Esto es un restaurante familiar en el que caben 200 personas”, cuenta la jefa de sala, Gema Sánchez-Ruiz. Su pollo, que es un reclamo para gente de diferentes puntos de las provincia, lleva el mismo proceso desde hace años: “Se macera cuando lo recibimos. La manzana se hace aparte con los mismos aceites, se va incorporando, se va creando una caramelización e incluso la pechuga queda blandita”, detalla.
Nada más entrar en la sala, donde destaca el azul en los manteles y las sillas de madera y mimbre, se percibe un aroma distinto al de otros asadores de pollo, así que la comanda suele ser parecida, casi inevitable. Sin embargo, la carta tiene su inquietud: “Ahora tenemos comida también para veganos: ensalada de legumbres, sopa de tomate, buñuelos de coliflor…, y también cuidamos la propuesta sin gluten". Además, aparte del tradicional pollo asado se puede probar el pollo escabechado: “con hierbitas, en una olla”, y de postre, triunfa el pa amb xocolat: “Se pone a calentar el chocolate en una salamandra, y cuando se derrite, se le pone sal maldon, aceite de oliva virgen extra y cacao”, explica Gemma, que lleva ya 15 años trabajando en ‘Els Pollos de Llull’.
También en Barcelona se encuentra ‘A Pluma’ (Santaló, 39). “Nuestra filosofía es clara: llevar lo mejor de la cultura del pollo a l’ast a sus comensales cualquier día de la semana” explican desde un restaurante que abrió su primer local “en 2018, en un restaurante de 40 metros cuadrados”. Aquí no se viene a comer platos de batalla, sino que el pollo se trata con un mimo especial y eso se nota en el sabor. “Pollo groc català macerado con nuestra mezcla de hierbas y especias, asado durante 90 minutos a temperatura constante” es el plato estrella, aunque también hay ensalada de tomate rosa del Maresme y cebolla tierna, o humus de boniato acompañado con tomate seco, queso feta y pan tostado.
Sin salir de la comunidad por excelencia del pollo a l’ast destaca en Tarragona , ‘Granja Sant Francesc’ (Carrer del Mar, 1. Altafulla) “desde el verano de 1962”. Joan y Josep Blanch dirigen el negocio que abrieron sus padres hace ya más de 60 años. Joan explica que al principio su familia contaba con gallinas como complemento a la agricultura, que fue después cuando decidieron abrir la pollería, y que cuando llegó el boom turístico a la Costa Dorada, empezaron a asar pollos. Y así hasta la actualidad, con sus largas filas en la puerta del local cada fin de semana. “Aquí el pollo va aliñado con especias: orégano, un poco de pimienta, un toque de ajedrea, aceite y sal. Tú lo aliñas y después tiene que estar unas 30 horas macerando”, explica Blanch, sobre el buque insignia de su negocio familiar.
En torno a 120 pollos se venden cada sábado y unos 250 los domingos aunque "En temporada de verano, con los campings llenos, pueden llegar a 300". Además del pollo, en 'Granja Sant Francesc' se cocinan otras preparaciones tradicionales de la zona. Los calçots, por ejemplo, se sirven rebozados todo el año, y no falta el típico xató de Tarragona -ensalada con escarola, romescu, anchoas, oliva y bacalao- o sus croquetas de siempre, de molleja de pollo. De postre, la estrella dulce: crema catalana “totalmente natural, sin aditivos”.
Y de un rincón emblemático a un asador de pollos muy especial en Bilbao: ‘Cervecera Cobetas’ (Kobeta Mendia, 40. Bilbao). “Somos los únicos en Bilbao”, asegura, de hecho, Ainara Beldarrain. Esta combinación entre asador de pollos urbano y cervecera típica de la costa bizkaina, cumplirá 36 años abiertos este mes de julio. “Hacemos lo mismo que al principio: es un sitio de comida casera, la especialidad es el pollo asado pero también hacemos comida típica de cervecera”, explica Beldarrain, refiriéndose a “las raciones de chorizos y morcilla, la tortilla de patatas y el pimiento verde de Gernika y el tomate de Gatika cuando es temporada”.
Un buen sabado en 'Cobetas' llegan a salir 400 pollos, la mayoría de ellos para comer en la impresionante terraza con vistas a la ciudad, y Ainara explica que él se hace en su propio jugo: “No le hacemos nada más. Lo salpimentamos cuando se está embarrando y él se va cocinando”, detalla tras 8 años al mando. Siguiendo este reclamo y el de las hamburguesas por la noche, acuden familias y “cuadrillas de chavales de 20 y tantos o 30 años por su ambiente animado pero también tranquilo”. Los postres también siguen esta filosofía de preparación casera: la tarta Red Velvet -“aquí, tarta del Athletic”- y el bilbaíno goxua, con “crema pastelera, nata, nueces, caramelo y en medio, una galleta”, son dos de sus grandes éxitos. Entre unas cosas y otras del 19 de marzo al 12 de octubre la terraza de ‘Cobetas’ es un trasiego continuo: "Cada año, la cervecera se abre y se cierra ella sola”, explica Ainara.
Aunque el pollo asado sigue siendo el rey de reyes, también hay establecimientos distinguidos con Solete Guía Repsol donde destaca, por ejemplo el pollo frito: ‘Corral de Comedias’ (Comedias, 2. Valladolid) es uno de ellos. En el centro de la capital castellano y leonesa se encuentra este lugar animado y también cómodo: pimientos bien salpimentados y crujientes patatas acompañan unas tajadas con predicamento en toda la ciudad. Un buen lugar para tomar algún vino, brindar con cerveza y compartir raciones.
También en Castilla y León se encuentra ‘La Tercia’ (Iglesia, 1. Cubillas del Cerrato, Palencia). Este lugar, al que se llega tras un desvío de menos de un cuarto de hora desde la Autovía de Castilla (A-62), cuenta con una propuesta original que no pasa desapercibida en su tradicional carta: pollo de corral con bogavante. Otro buen sitio para comer pollo en la carretera, pero esta vez en la provincia gaditana es 'Venta Miracielos' (Cantarranas , 3. Benalup-Casas Viejas), donde destaca entre otras carnes, el ave al carbón.
En las Islas Canarias también hay rincones donde el reina el pollo. En 'Platóniko Street Food' (Alfredo L. Jones, 28. Las Palmas de Gran Canaria) se puede comer pollo frito estilo hindú (con salsa butter masala, yogur y cilantro), koreano (marinado en miso) o incluso acompañado de gofres. Mientras tanto, en 'El Corral del Pollo del Adeje' (Avenida de los Océanos , 9. Adeje, Santa Cruz de Tenerife) se fía todo, y con éxito, al pollo frito acompañado de una salsa secreta.