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Necrópolis de Cuyacabras (Quintanar de la Sierra, Burgos)

Sierra de la Demanda: la mayor necrópolis de España (Burgos)

La sierra de los muertos

28/10/2025 –

Actualizado: 27/10/2025

Sarcófagos, tumbas antropomorfas y símbolos indescifrables tallados en la roca. Nos adentramos en los bosques de la provincia de Burgos en busca de la mayor concentración de necrópolis medievales de la Península Ibérica: la Sierra de la Demanda.

Más allá de las praderas silenciosas y las lomas solitarias, buscamos en la frontera entre Burgos y Soria el laberinto de bosques de pino y de roble que guarda la mayor concentración de necrópolis de la Península Ibérica y una de las mayores de Europa. Hablamos de la Sierra de la Demanda, un enclave rural de pequeñas poblaciones de origen medieval donde sus comunidades, entre los siglos IX y XI, esculpieron en la roca arenisca incontables tumbas junto a ermitas rupestres para crear así un territorio enigmático y un auténtico tesoro arqueológico de Castilla y León. Una atmósfera de misterio y recogimiento envuelve al viajero que se atreve con esta escapada en clave necroturista. Y en nuestra mente una fecha. Halloween, Samaín, Día de Todos los Santos o de los Difuntos... Poco importa el nombre. Si es de aquí o si es de allí. Ponemos rumbo a la “sierra de los muertos”.

Mil tumbas excavadas en la roca

Ahora huyamos por un momento del bullicio de la ciudad o de la jovialidad del litoral soleado que pide un viaje de fin de semana para perdernos en solitario en la inmensidad del monte. Prepárate para abrazar el silencio. Pues aquí, al este de la provincia de Burgos, en el límite con Soria y La Rioja, se despliega un paisaje agreste y desolado, de cumbres que superan los 2.000 metros de altitud, de valles fluviales y lagos glaciares y de pinares y robledales que se reparten en una zona de 81.270 hectáreas. Este escenario envuelve con su rica biodiversidad una comarca de 55 municipios históricamente ligados a la agricultura, ganadería y explotación forestal.

Necrópolis de Bañuelos (Burgos)
Bañuelos está rodeado de inmensos pinares y robledales.

Sin embargo, el tesoro oculto de la zona son sus necrópolis medievales situadas en la serranía, sobre el cerro y la loma, también próximas a pequeñas ermitas en mitad de la villa o escondidas en la espesura. Cerca de un millar de tumbas de silueta antropomorfa, también con forma de mujer y de niño o de bañera, se reparten por la comarca, todas ellas orientadas hacia el este, siguiendo la tradición cristiana de la resurrección. En algunos yacimientos se aprecian incluso estructuras anexas, como cavidades para objetos funerarios, pequeños ábsides excavados o restos de viviendas y recintos defensivos. Tratemos de descifrar todo este entramado arqueológico buscando nuestra primera dirección necroturista.

La carretera de las necrópolis

Poco después de dejar atrás Aranda de Duero, abandonamos la autopista A1 para tomar dirección este por carreteras como la BU-910, BU-921 o BU-925 que atraviesan la llanura seca y nos guían hacia este territorio de montes verdes. A la altura de Huerta del Rey, conducimos rumbo norte, dejando a la izquierda la silueta de la Peña de Villanueva de Carazo hasta llegar a Salas de los Infantes. Aquí encontramos por fin “la carretera de las necrópolis”. ¿Su nombre oficial? CL-117, que plantea un “itinerario de muerte” para buscar los cementerios medievales de la Sierra de la Demanda. El primero lo encontramos a las afueras de Castrillo de la Reina, donde se muestra sobre el montículo la ermita semirrupestre de Santiueste, llamada la “covacha”, junto a una pequeña necrópolis, con seis hendiduras antropomorfas en la roca, formando un conjunto religioso-funerario altomedieval. Antaño estas tumbas contaban con cubiertas pétreas para sellar los enterramientos y hoy se presentan junto a una mesa de madera que invita a un picnic con vistas al bosque que se despliega ante nosotros.

Necrópolis de Castrillo de la Reina (Burgos)
Antaño estas tumbas contaban con cubiertas pétreas para sellar los enterramientos.

Retomamos la carretera hasta acercarnos al cauce del río Arlanza, que descansa aquí en el pantano de Castrovido y guarda rincones remotos que mezclan lo bucólico con lo tétrico en esta época del año. En apenas 10 minutos habremos llegado a Palacios de la Sierra, donde se encuentra el Centro de Visitantes Necrópolis de Alto Arlanza. “El origen del pueblo está ligado al cerro de El Castillo, situado a 500 metros de aquí, detrás del Centro de Visitantes, donde hace unos 1.000 años comenzó a asentarse un grupo de gente”. Así lo explican desde esta organización turística. “Precisamente el sarcófago que tienes a tu derecha procede de la necrópolis de El Castillo, el cual ya hace muchos años fue bajado para servir como abrevadero para animales”, añaden. Aparcamos ahora el coche para caminar por el sendero que asciende desde aquí hasta la loma para buscar los vestigios de su camposanto medieval.

Tumba en el necrópolis de El Castillo (Palacios de la Sierra, Burgos)
En la ruta de El Castillo hay códigos QR y un esqueleto... de mentira.
Escultura en la necrópolis de El Castillo (Burgos)
Desde aquí se observan el pueblo y el valle de Arlanza.

Indagamos entre los restos del antiguo castillo medieval, del que apenas quedan lienzos de muralla y basamentos de piedra. Al rodear la colina, aparecen las primeras tumbas excavadas en la roca, algunas perfectamente conservadas, otras cubiertas de musgo o medio ocultas entre la hierba. Aquí se distinguen enterramientos en lajas, sarcófagos y tumbas rupestres y semirrupestres con formas antropomorfas alrededor de los restos de la Iglesia de Santa Eulalia, de estilos románico y gótico. Desde la Necrópolis del Castillo de Palacios de la Sierra el visitante disfruta de una panorámica sobre el pueblo, los bosques que lo rodean y el valle del Arlanza. “Con más de 800 enterramientos, nos encontramos ante una de las mayores necrópolis altomedievales de Europa, cuyo origen puede ser anterior al siglo VII, aunque su uso se prolongó hasta la Edad Moderna”, informan desde el Ayuntamiento de Palacios de la Sierra. El yacimiento está acompañado de paneles interpretativos con códigos QR y hasta la recreación de un esqueleto yaciendo en la tumba que sorprende al caminante. Es hora de volver al coche antes de que se haga tarde.

Bañuelos y el laberinto del bosque

Entre los inmensos pinares y robledales de la sierra de la Demanda, la necrópolis de Bañuelos aparece como uno de esos lugares donde historia y naturaleza se funden en un escenario de soledad y misterio. Y no hará falta ponerle mucha imaginación. A este yacimiento se accede a través de una pista forestal que parte del municipio de Palacios de la Sierra y se adentra en el monte conocido como Campiña y Bañuelos, una selva ibérica de más de 3.000 hectáreas dominado por el pino silvestre y roble rebollo. Los amantes de la bicicleta de montaña, de las rutas en 4x4 y de trekking pueden tomar nota.

Diversas tumbas en necrópolis de la Sierra de la Demanda
La Sierra de la Demanda concentra el mayor número de necrópolis de la Península.

Las agujas de pino crujen bajo nuestros pies mientras la luz se cuela entre las copas de los árboles y el murmullo del arroyo acompaña la cadencia. “La verdad es que este sitio da bastante miedo”, confiesa Marina Martín, senderista que explora por primera vez la zona “Para bien o para mal, aquí no se ve un alma, y eso que es sábado”. La ruta de senderismo que conecta Palacios de la Sierra con la necrópolis tiene unos 14,5 km en su modalidad circular e incluye también la necrópolis de La Nava. Es considerada de dificultad baja o media, sin apenas desnivel y apta para cualquier caminante. Aún así, lo ideal es venir aquí acompañado. Nosotros haremos un tramo desde el aparcamiento en busca de las tumbas de Bañuelos.

La necrópolis se encuentra camuflada en un paraje de pradera dentro del bosque, al lado del arroyo Bañuelos, de ahí su nombre. En la caminata es fácil que pase desapercibida entre el follaje, así que conviene estar atento a las señales que nos guían a través del monte donde tampoco es difícil extraviarse. En este yacimiento se distinguen las ruinas de una ermita primitiva sobre una plataforma rocosa, junto a varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca. Tras descubrir este enclave, retomaremos la senda de vuelta al parking donde dejamos el vehículo para continuar hacia la localidad de Quintanar de la Sierra. Desde la plaza principal parte la carretera BU-822 en dirección a las lagunas de Neila, de origen glaciar. Seguimos la señal que indica 'Necrópolis / Cuyacabras' por una vía de gravilla y de asfalto que divide fincas donde pasta el ganado vacuno y caprino bajo la mirada de varios mastines que descansan en mitad del camino. A nuestra izquierda, contemplamos las cumbres de la Sierra de la Demanda como el Pico Toscoso ( 1.920 m) o Peña Triguera (1.955 m). No tardamos en llegar a la explanada donde se encuentra el aparcamiento de una de las mayores reliquias arqueológicas de la provincia de Burgos.

La ciudad de los difuntos

Apenas hará falta caminar unos cientos de metros para llegar al yacimiento. Si en las anteriores era difícil encontrar algún visitante, aquí la cosa cambia, pero no esperes masificaciones, pues no existen en esta parte de la Meseta Ibérica. Una familia parte desde el parking por la senda que cruza el arroyo por un puente de madera y se encuentra, cercada por una vaya de madera y al borde del risco, la necrópolis de Cuyacabras. Algunos paneles interpretativos explican la historia del conjunto funerario y su contexto dentro del Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila. Aquí, una enorme plataforma de arenisca conserva hasta 180 tumbas con sus fosas talladas en torno a la ermita semirrupestre, de la que se conserva la planta como testigo de un pequeño poblado medieval que aquí se encontraba. Este data de entre los siglos IX y XI y ofrece al visitante un enigmático testimonio de las comunidades cristianas que repoblaron estas tierras tras la expansión del Reino de Castilla.

Yacimiento de Revenga, necrópolis de Burgos.
Revenga, uno los conjuntos altomedievales mejor conservados de la provincia de Burgos.

A medio camino entre Quintanar de la Sierra, Regumiel de la Sierra y Canicosa de la Sierra, en una amplia llanura rodeada de pinares, encontramos el siguiente vestigio funerario: la Necrópolis de Revenga. Es este otro de los conjuntos altomedievales mejor conservados de la provincia de Burgos, que se presenta para el visitante en una gran superficie pétrea horadada por más de 130 tumbas con formas de hombres, niños y mujeres junto a los restos eclesiásticos que debieron de servir de templo para la comunidad que aquí vivía. Justo al lado se encuentra una área recreativa con columpios y merendero para disfrutar en familia, el albergue de Revenga, situado en el conjunto de la ermita de la Virgen de Revenga, y frente a la Casa de la Madera, un centro de interpretación ambiental.

Necrópolis en el centro del pueblo de Remugiel de la Sierra (Burgos)
En el centro de Regumiel de la Sierra encontramos estas excavaciones.

Nuestras últimas paradas en clave necroturista no las encontramos perdidas en el bosque, sino en el centro del pueblo, a los pies de la iglesia. Uno de las mejores muestras es la necrópolis de Regumiel de la Sierra, conocida como “de los Moros”, con sus 60 tumbas antropomorfas dispuestas en la ladera rocosa esculpida entre los siglos IX y XI bajo el templo parroquial de San Adrián Mártir. Otra muestra interesante, ya en territorio de Soria, siguiendo la CL-117, lo encontramos en Duruelo de la Sierra. Su necropolis medieval se presenta en el corazón de su entramado urbano, rodeando la iglesia de San Miguel Arcángel. Este yacimiento funerario fue excavado entre 1966 y 1970 cuando se revelaron las cien sepulturas datadas entre los siglos IX y XIII. Las más antiguas son las tumbas con forma antropomorfa, seguidas de las sepulturas de lajas con planta rectangular y los sarcófagos monolíticos, los más recientes, con interior horadado con forma de persona. Cuyacabras, Revenga, Regumiel de la Sierra, Duruelo de la Sierra, Quintanar de la Sierra, Neila, Pineda de la Sierra, Salduero, San Leonardo de Yagüe, Covaleda, Vinuesa…. Esto es sólo una píldora para planear la siguiente escapada para el día de los Difuntos. Si el viajero se lo propone puede explorar en este territorio cerca de 20 cementerios medievales que plantean un viaje en el tiempo bajo un halo tétrico que huye de cualquier cliché turístico. Aquí, en la Sierra de la Demanda y en los páramos de Burgos, no son fáciles de encontrar.