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La Alberca noche

Qué ver en La Alberca (Salamanca)

El pueblo más brillante de la Navidad

20/10/2024 –

Actualizado: 19/12/2023

Las estrechas y empedradas calles de La Alberca (Salamanca) brillan aún más esta Navidad tras ser proclamado como ganador de la última edición de Juntos Brillamos Más de Ferrero Rocher. Una excusa genial para conocer este coqueto municipio de la Sierra de Francia y degustar productos tan icónicos como su turrón autóctono, sus mieles o sus ibéricos.
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Paseando por La Alberca uno tiene la sensación de haber viajado al pasado más de un siglo, a un tiempo en el que por estas estrechas calles discurrían tanto los vecinos de esta destacada localidad de la Sierra de Francia como el ganado que servía de sustento, una época de la que aún resuena el eco a pesar de la infinita mejora de las vías de acceso a este rincón del sur de Salamanca. De hecho, son tan identitarias las particularidades que encierra que las autoridades tuvieron a bien convertirlo en el primer pueblo de España declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940.

La Alberca cruz

Los argumentos para ser declarado como Conjunto Histórico-Artístico saltan a la vista. Foto: Hugo Palotto

1. Unas casas únicas

A pesar de contar con edificios insignes civiles y religiosos, son sus casas, construidas con materiales modestos como la piedra y la madera que dibuja los patrones geométricos del entramado, las que primero llaman la atención de los visitantes. Se trata de construcciones de entre dos y cuatro alturas en las que cada planta superior sobresale con respecto al piso inferior, haciendo que los tejados de las casas enfrentadas apenas se separen por unos centímetros en algunos puntos del pueblo.

La Alberca casa
El curioso estilo arquitectónico de las casas se realza con las flores de los vecinos. Foto: Agefotostock

Una bonita y curiosa imagen del casco antiguo en la que, además, la hora del día a la que se contemple tiene un papel fundamental al generar un juego de luces de los más mágico. Además, uno de los elementos más diferenciales de estas viviendas se encuentra en sus dinteles, cincelados con una inscripción de la fecha de su fundación y distintos signos de fé, cuyo origen se vincula al deseo de algunos conversos al cristianismo por mostrar su nueva condición.

2. La Plaza Mayor y sus turrones centenarios

El recoleto trazado lleva inevitablemente a la Plaza Mayor, donde una fuente y un crucero del siglo XVII decoran el espacio que preside el Ayuntamiento, donde se aprecia esa identidad arquitectónica que domina las calles. Los soportales que rodean la plaza son el hogar de bares, restaurantes y tiendas en las que degustar la gastronomía local o adquirir algún souvenir artesanos.

Toñi Mancebo, turronera desde la cuna

Las turroneras se distribuyen en los soportales de la Plaza Mayor. Foto: Alfredo Cáliz

Sin embargo, si hay algún producto que combina ambos, ese es el turrón artesano de La Alberca. Todos los días del año, las artesanas de este dulce instalan sus puestos en la plaza para gusto de vecinos y turistas, que descubren una golosa tradición que data de los tiempos de dominación árabe y que lleva más de dos siglos endulzando la Navidad de la provincia a base del único turrón autóctono.

La Alberca fue el primer pueblo de España en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico.

La Alberca fue el primer pueblo de España en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico. Foto: Hugo Palotto

3. Tradición frente a la iglesia

Como no podía ser de otra forma, La Alberca cuenta con una ilustre parroquia en la que merece la pena detenerse. Se trata de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción del siglo XVIII a cargo de Manuel de Lara Churriguera, sobrino de Alberto Churriguera, en la que se aprecian elementos próximos al Neoclasicismo. Una vez en su interior, hay que detenerse a admirar el púlpito de piedra policromada del siglo XVI o el recientemente restaurado retablo de la Virgen del Rosario.

La Alberca iglesia

La visita a La Alberca obliga a pasar por la bonita a iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Foto: Hugo Palotto

Como curiosidad, la de puerta del solano cimero es el hogar de uno de los personajes más entrañables de La Alberca. Se trata de la talla en piedra de un cerdo que recuerda la festividad del marrano de San Antón, una tradición en la que un cerdo recorre las calles del pueblo desde San Antonio de Padua, 13 de junio, hasta el mencionado San Antón, el 17 de enero, siendo alimentado por los propios vecinos.

La Alberca marrano de San Antón
El marrano de San Antón se ubica en una de las puertas de la iglesia. Foto: Agefotstock

4. Rutas entre castaños y nogales

La privilegiada ubicación de La Alberca en las inmediaciones del Parque Natural de Las Batuecas y la Sierra de Francia convierte al municipio en el campo base ideal para practicar turismo de naturaleza. Los bosques de castaños y nogales y los arroyos que los serpentean albergan diversas rutas verdes en las que la práctica del senderismo resulta una experiencia de lo más sugerente.

Bosque de Honfría

El bosque de Honfría es un lugar mágico (y poco conocido). Foto: Alfredo Cáliz

Una de las más destacadas es la ruta La Alberca-Las Batuecas que, a pesar de exigir un mínimo de preparación física debido a sus varios desniveles, cuenta con el atractivo de poder contemplar el entorno de Las Hurdes, Monasterio de las Batuecas y, si se realiza en invierno, admirar el paisaje con las nieves que suelen cubrir los tramos de mayor altitud. El cercano bosque de Honfría es otra escapada a la naturaleza cargada de sorpresas.

5. Degustar la Sierra de Francia

Tras la ruta, nada mejor que reservar una mesa en el restaurante ‘Las Bóvedas’ (Recomendado por Guía Repsol) o ‘El Soportal’ (Solete Guía Repsol). Ubicado en el hotel ‘Abadía de los Templarios’, el salón del restaurante hace gala de su nombre con un imponente techo de bóvedas de crucería. Una ambientación que atrapa las miradas antes de que los ojos se posen en alguno de los platos de la carta de temporada, donde encontrar recetas tradicionales como las patatas meneás al estilo de la Sierra de Francia, mollejas de lechazo salteadas o steak tartar de ternera morucha.

Las croquetas de prueba de cerdo con patatas meneás de 'El Abuelo'.

Las patatas 'meneás' son uno de los aperitivos predilectos de La Alberca. Foto: Hugo Palotto

En el caso de ‘El Soportal’, la vista desde su terraza a la mencionada Plaza Mayor de La Alberca es uno de los grandes atractivos para una comida más informal. Cañas bien tiradas, pinchos de tortilla, raciones de setas o asados componen una oferta con la que degustar algunos de los productos más destacados del entorno de la Sierra de Francia.