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Nuestro punto de partida será siempre la capital, Santa Cruz de la Palma, una coqueta y pequeña ciudad que ha sido declarada en su totalidad como Conjunto Histórico-Artístico. Pasear por su adoquinada calle Real (vía principal de la ciudad) o sentir el suave masaje de la brisa marina en su Avenida Marítima, son dos ocasiones que no podemos dejar escapar.
Dejando atrás Santa Cruz, la primera parada de nuestro recorrido es Puntallana, concretamente el mirador de San Bartolo, donde conseguimos unas fantásticas vistas de los barrancos de la zona. Desde aquí seguimos rumbo al Cubo de la Galga donde, si tenemos una hora y media libre, podemos disfrutar de un agradable paseo por el bosque de laurisilva, característico de la isla. Continuamos hacia San Andrés y Sauces para visitar el Bosque de los Tilos, las piscinas naturales del Charco Azul y el tranquilo pueblecito de San Andrés. Si nos apetece pescado, tanto aquí como en Puerto Espíndola, podremos comerlo exquisito y recién sacado del mar.
Nuestro próximo destino es Barlovento, donde podemos darnos un chapuzón en las piscinas naturales de la Fajana o hacer un relajado picnic en la zona de la Laguna de Barlovento. De visita obligada aquí es el mirador de La Tosca, con una impresionante vista sobre el norte de la isla. Desde aquí tenemos dos opciones para llegar a nuestra próxima parada, el Parque Cultural de la Zarza y la Zacita: bien a través de la carretera LP-1 o bien a través de la carretera LP-109, más estrecha pero más auténtica. Una vez en este parque cultural, nos sumergimos en un viaje en el tiempo que nos lleva a los primeros años de vida de esta isla. Los aficionados al senderismo pueden recorrer el sendero PR LP 9.2 hasta la Cruz del Gallo, un recorrido rodeados de un manto verde y en absoluto silencio.
Partimos nuevamente de Santa Cruz de la Palma y paramos, en primer lugar, en Los Cancajos, uno de los principales núcleos turísticos de la isla y un buen sitio para darnos un chapuzón mañanero. Desde aquí podemos subir al Mirador de la Concepción en Breña Alta, bonito balcón sobre Santa Cruz de La Palma, y visitar el Museo del Puro palmero, que rinde todo un homenaje a esta delicada artesanía isleña. Continuamos rumbo Villa de Mazo y paramos en el parque arqueológico de Belmaco para volver a admirar vestigios benahoaritas (antiguos pobladores de La Palma).
Subimos de nuevo al coche destino a Fuencaliente, municipio de vino y volcanes. De visita obligada es el Centro de Visitantes del volcán de San Antonio, desde donde dar un paseo por el cráter y, de aquí, al volcán Teneguía. Posteriormente, un vinito de la zona y rumbo a la costa. Playas de arena negra y (prácticamente) casi para nosotros solos, salinas y un imponente faro nos esperan en nuestro recorrido.
Continuamos rumbo Los Llanos de Aridane, segunda ciudad en importancia de la isla. Su centro histórico, con su plaza de España, plaza Chica o Museo en la Calle (proyecto consistente en murales pintados en laterales de edificios) nos recibirán. Si nos apetece bañarnos nuevamente o admirar la puesta de sol, la playa del Charco Verde o la de Puerto Naos son buenas opciones (ambas con bandera azul).
Desde Santa Cruz de La Palma la carretera LP-4 nos lleva al Roque de los Muchachos, el punto más alto de la isla. El lugar en el que naturaleza y ciencia van de la mano. Aquí podemos visitar el Observatorio del Roque de los Muchachos, desde donde tenemos unas magníficas vistas de la isla.
Posteriormente seguimos la misma carretera en dirección villa de Garafía y bajamos hasta la capital de este municipio: Santo Domingo de Garafía. En su parte baja, a través de la carretera que lleva al cementerio (perfectamente señalizada) podemos bajar hasta el Mirador del Aserradero, con una imponente panorámica de la costa. Continuamos hacia el barrio de Las Tricias, para admirar los dragos (árboles de hasta 14 metros de altura) y cuevas que hay en la zona conocida como Buracas. Desde aquí iniciamos de nuevo la ruta camino a Puntagorda. En el camino podemos hacer un alto en el Fayal, donde los sábados y domingos se organiza el Mercadillo del Agricultor y donde encontramos otro buen mirador, el del Izcagua.
Nuestro siguiente destino es Tijarafe, con la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, que cuenta con un altar del siglo XVIII que destaca por su espectacularidad y valor artístico. Proseguimos rumbo Puerto de Tazacorte donde podremos degustar un delicioso pescado mientras admiramos una impresionante puesta de sol.
Partimos de nuevo desde Santa Cruz de la Palma, esta vez en dirección a Alta y, desde allí, a través de la carretera LP-301 y rodeados de un paisaje que pasa de Montverde a pinar, vamos rumbo el Refugio del Pilar, punto de inicio de la Ruta de los Volcanes. Una vez en el Refugio, lo más recomendable es dar un buen paseo por la zona. Desde aquí partimos hacia el oeste de la isla, no sin pararnos en el mirador de los Llanos del Jable (especial atención a este mirador por la noche, pues es un gran punto para observar estrellas y disfrutar del cielo nocturno). Nuestro siguiente destino es el mirador de la Cumbrecita, donde hay que reservar el aparcamiento en determinadas horas del día. Desde este punto conseguimos una vista impresionante sobre el gran tesoro de La Palma, la Caldera de Taburiente. Cuando dejamos esta zona, en las inmediaciones del Centro de Visitantes, merece la pena aparcar y echar la vista atrás, hacia el este… disfrutaremos seguramente de uno de los mayores espectáculos de la isla: la cascada de nubes.
Cuatro propuestas de ruta para descubrir una isla que, pese a su pequeño tamaño, se nos antoja infinita.