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"Madrid está en ebullición a nivel cultural, y creemos que hacía falta un gran acontecimiento de promoción del diseño de una manera reivindicativa, poniendo de relevancia su valor para el desarrollo humano y, cómo no, como motor de desarrollo económico de la ciudad", nos cuenta efusivo Álvaro Matías, director de este festival que nace ahora con vocación anual. En su programación encontramos multitud de respuestas en los más de 200 eventos entre actividades, talleres, conferencias, exposiciones y presentaciones.
Hay una idea sobre la que bascula todo: "Mientras Stephen Hawking y otras mentes privilegiadas hablan de que el futuro de la humanidad pasa por irnos a otros planetas, nosotros proponemos arreglar lo que tenemos aquí. El diseño es crucial para resolver algunas de las necesidades que existen en la humanidad y queremos que Madrid Design Festival sea una plataforma para ello", explica Matías. Toda una declaración de intenciones que se materializa en iniciativas de lo más atractivas. Pasen y lean.
Luz Moreno es una diseñadora que, además de cursar estudios de gastronomía en Le Cordon Bleu, estudió en la Escuela de Diseño Culinario de Reims. Eh voilá, el resultado de ese cóctel le ha llevado a dedicar toda su creatividad (en el amplio sentido de la palabra, luego lo veremos) y esfuerzo al mundo de la alimentación: "trabajo la cadena alimenticia desde el punto de vista del diseño, desarrollando lo que mi socia y yo llamamos diseño sensorial", explica.
En su estudio, llamado 'Toolsoffood' y con base en París, son necesarios los cinco sentidos para entender y vivir sus proyectos. Un común denominador impregna todos ellos: hacen el diseño comestible. A partir de ahí, sus obras pueden ser desde performances culinarias, hasta la reinterpretación gastronómica de colecciones de ropa o de cuadros, la creación de materiales con subproductos como los desechos del vino, o instalaciones comestibles como la que hicieron para el Institut du Monde Arabe de la mano del famoso rapero francés Oxmo Puccino. La hibridación de disciplinas era esto.
Por supuesto entre sus clientes cuentan con museos y restaurantes. ¿El secreto de la magia de su trabajo? Como en toda receta, está en el proceso. "Trabajamos el brainstorming con intensidad. Nos interesa conocer qué está detrás del producto, cómo se creó, dónde, la narrativa en torno a ese lugar, en qué tipo de terreno, y todas las preguntas que puedan surgir alrededor de la materia con que estemos trabajando. Pensamos mucho, cocinamos más, y encontramos conexiones sorprendentes entre ideas e ingredientes". Unas materias primas que dependen mucho de la ubicación y del proyecto. Aún así Luz nos confiesa su fascinación por todo lo vegetal: "las verduras están infravaloradas", afirma contundente.
Trabajando un encargo con una firma que buscaba materializar el concepto de "marca fluida" en un evento (esto es, que la experiencia de los invitados fuera total, desde el momento de recibir la invitación hasta el momento de llegar a su casa) llegaron a la idea de los paisajes comestibles. ¿Qué es eso? Pues una suerte de instalación creada ad hoc, y que explora un determinado territorio o concepto, lo interpreta sirviéndose de comida, y después se come, claro.
El proceso fue tan enriquecedor que empezaron a trabajar estas cartografías con diferentes públicos, en formato de workshop, que es lo que llega ahora a Madrid (14 de febrero en el COAM). "Todo el mundo come al menos tres veces al día y eso une mucho. Todos tienen algo que aportar. Cuando hablas de comida, automáticamente se crea un lazo con la gente. Eso es lo que transformamos en diseño y experiencias". 'Comerse el paisaje' es un taller abierto a todas las edades, profesiones, conocimientos previos y estilos de vida, en el que aprender y aportar a partes iguales. Nuevas vías de exploración a través de la comida.
Una de las herramientas más eficaces, cuando el cometido es darle la vuelta a todo e innovar, es el mundo virtual. Es precisamente el campo en el que trabaja la artista estadounidense Jennifer Steinkamp. Trae a Madrid su exposición Naturaleza digital, que se podrá visitar del 23 de febrero al 22 de abril en el Espacio Fundación Telefónica. En su obra, se parte de elementos del mundo vegetal y, tras un profundo estudio, esta artista genera hipnóticas imágenes que dan literalmente vida a la sala en la que se encuentran. Una vida que, paradójicamente, es artificial.
¿Qué evocan estas instalaciones artísticas? Nos responde la propia artista: "a la hora de crearlas pienso en el espacio y en la relación corporal del espectador con este y el arte. Cuando ves la naturaleza simulada en movimiento, contemplas la naturaleza real desde una perspectiva diferente", explica. Pero, ¿por qué ese interés en trasladar la naturaleza a un contenido digital? "La naturaleza es parte de nosotros, nos conectamos a un nivel básico muy profundo. Utilizo este tipo de imágenes para hacer conexiones y asociaciones". Unas conexiones que, a través de la belleza en el arte y de la naturaleza, hacen al espectador "considerar la intensa alegría de mirar, y permite conocer un profundo sentido de existencia", añade.
Cabe preguntarse si esta plasmación del movimiento, de las estaciones y del poder de la naturaleza forma parte de un afán por documentar fenómenos naturales, debido a la incertidumbre con el medio ambiente en un futuro próximo. La artista disipa esta duda con contundencia: "Esa no es mi motivación. Sé que la naturaleza siempre ganará".
Más bien Naturaleza Digital es una exposición que busca ocasionar experiencias profundas al visitante. "Quiero ofrecer la posibilidad de ser conscientes de que estamos pensando por nosotros mismos", continúa la artista. Y, por qué no, que la gente quiera decorar su casa con ellas: "sí: creo que la decoración está subestimada".
Daan Roosegaarde es el diseñador holandés que está revolucionando el concepto de ciudades inteligentes. Es responsable de las denominadas autopistas inteligentes: inspirado por la naturaleza y la bioluminiscencia, este gurú ha desarrollado tecnologías que absorben la luz solar en pigmentos aplicables a las carreteras, que brillan por la noche sin necesidad de electricidad. Una autopista holandesa fue banco de pruebas entre 2012 y 2015, y ahora diversos lugares del planeta se plantean aplicarlo. Una iniciativa paradigmática del uso del diseño orientado a la resolución de los grandes retos actuales, que es precisamente la espina dorsal de la serie de actividades propuestas en la capital bajo el paraguas del MadridDesignPRO.
En su compromiso con los avances en urbanismo y medio ambiente, el estudio Roosegaarde ha ideado también el Smog Free Project, un sistema de chimeneas que se sirve de tecnología ecológica de ionización positiva patentada para producir aire libre de contaminación en espacios públicos. Una suerte de "torres aspiradoras" que ya han sido implementadas en un proyecto piloto en China, con un resultado de disminución del 15 % de partículas nocivas en 10 kilómetros cuadrados. Aire limpio que, en otra variante del proyecto denominada Smog Free Ring, incluso transforma la contaminación en anillos, para que no nos olvidemos de la existencia de eso que produce la humanidad y contra lo que luchamos.
Bastan estas pinceladas sobre sus iniciativas para hacerse una idea de la importancia de estos avances en la actualidad y para el futuro, y para comprender por qué su creador ha sido seleccionado por Forbes y Good como uno de los creative changemakers más destacados, o por qué es uno de los jóvenes líderes del Foro Económico Mundial. Landscapes of the Future es el título de la conferencia que traerá al COAM en Madrid el 14 de febrero.
Una suma de 48 exposiciones e instalaciones, con la colaboración de 28 museos, permitirán al gran público acercarse al diseño. El director del Madrid Design Festival recomienda las tres exposiciones que se celebrarán en el Centro Cultural de la Villa "porque transmiten a la perfección la filosofía del festival: hablar del diseño que nos rodea, con propuestas muy abiertas". Son Backstage, Jaime Hayon. De lo imaginario a lo real, del diseñador de mayor proyección internacional en la actualidad según palabras de Matías; Los electrodomésticos de nuestra vida. Una historia del diseño. Colección Alfaro Hofmann, una gran oportunidad para ver cómo el diseño se ha ido adaptando a las necesidades de las personas; y Vinilygráfica. Maestros del diseño gráfico musical, un homenaje a los diseñadores que han ilustrado las portadas más icónicas.
Esta primera edición acoge también talleres infantiles como InvenCoche, donde los más pequeños construyen su propio coche con material reciclado. Y ofrece puertas de acceso a otras culturas como a la finlandesa (Helsinki es la ciudad invitada este año), con la posibilidad de probar una auténtica sauna finlandesa.
De la mano del artista Aitor Saraiba será posible acercarse a las relaciones que se establecen entre tribus urbanas, arte y moda. El diseño que tenemos alrededor estará presente a través del Festival OFF, integrado por 40 galerías de diseño, tiendas, estudios, talleres, restaurantes o locales pop-up de la ciudad, que organizarán actividades, exposiciones y encuentros ad hoc.