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Juan Ignacio Delgado Alemany (Granadilla de Abona, Tenerife, 1973) es Ignatius Farray. Canario de nacimiento, cómico de profesión, montañero a tiempo parcial y, por qué no, modelo potencial del fotógrafo enamorado de Benidorm, Martin Parr. Ignatius nos recibe en el 'Beer Station', un bar que se ha convertido en su casa, una hora antes de actuar. Su indumentaria descoloca, es como si su termómetro corporal estuviera experimentando el verano austral. Viste pantalón corto, camiseta de manga corta, mochila, deportivas de correr y cascos como los que lucen los futbolistas cuando bajan del autobús y se encaminan al vestuario. Farray lo hace en dirección al escenario, desde donde hace terapia consigo mismo y hace reír y, a veces, incomodar, a los espectadores que acuden a verle.
Ya llevo más tiempo viviendo en la península que en las Islas Canarias. Tengo 46 años y vine a Madrid con 17, con un paréntesis de dos años en Londres. Las diferencias entre una isla y la península son muchas. Me acuerdo de un viaje en tren que hice con los amigos, el primer año de universidad, a Salamanca y flipar con la meseta. Aquel paisaje me pareció extraterrestre. La geografía canaria es montañosa, con barrancos, por eso la meseta me pareció una locura. Mentalmente no me cabía en la cabeza ese tipo de paisaje.
Quien visita la isla se la puede recorrer en uno o dos días en un coche alquilado. Para no ser una isla muy grande tiene una gran variedad climática y paisajística. Es posible encontrar desde la vegetación más espesa hasta la playa más árida. Si tengo que recomendar sitios concretos uno es Tajao, un pueblo de pescadores al que todavía no ha llegado el turismo y en el que se puede comer muy buen pescado. Otro es Garachico, un pueblo muy bonito del norte de Tenerife. Además de recomendar la playa del Médano, que creo que es la mejor de la isla, y encima es la de mi pueblo, Granadilla de Abona.
A mí me gusta mucho la montaña y caminar por ella. Hay un sitio al que quiero ir con David Broncano, aficionado a la montaña y a la alta montaña, el barranco de Masca, en el suroeste de la isla de Tenerife (en el Parque rural del Teno). Es un lugar muy inaccesible, una zona tan accidentada que ahí estuvo el último refugio de los guanches durante la conquista. En aquellas cuevas es donde los guanches resistieron el empuje de los conquistadores. Subir al propio barranco de Masca es una aventura.
Soy de caminar mucho. Voy a caminar por la noche al Retiro. Doy vueltas al parque. También voy mucho a caminar a Madrid Río. Suelo andar desde Príncipe Pío hasta el Matadero. Los bares cada vez me gustan menos. Solo bebo cuando trabajo (se ríe).
Muchas veces vamos a comer, después de grabar La Vida Moderna, David, Quequé y yo. Trato de comportarme, pero soy muy ansioso con la comida. Empiezo a mirar sus platos y me pongo más ansioso aún. Creo que hay una palabra japonesa que describe muy bien lo que me sucede a mí con la comida. Me siento mal porque soy una persona que no puede comer con otras personas. Necesito comer solo, en mi casa y de pie. Tampoco puedo comer sentado. En Malasaña, el barrio en el que vivo, hay muy buenos restaurantes: el 'Macareno', 'La Colmada', 'La Tapería'...
Me gusta la ropa deportiva. Las camisetas de baloncesto me las compro en tiendas de segunda mano en Malasaña.
No me gusta hacer turismo, prefiero quedarme en la habitación del hotel. A veces damos un paseo. Recuerdo que nos gustó mucho Palencia y nos metimos en una cancha de baloncesto a jugar un partido. David Broncano sí es más de pasear y ver la ciudad, Héctor (Quequé) y yo somos más rancios para eso.
No, lo hace la agencia que organiza la gira. Recuerdo uno en Barcelona que sí me gustó mucho, el 'Hotel Jazz' y otro en Canarias, en 'La Laguna Gran Hotel', nos dieron una suite, estuvimos en la gloria.
Ahora no te puedo decir nombres de restaurantes, pero sé que en todos hemos comido muy bien. En el País Vasco, en Pamplona, en Canarias.
Tenemos la suerte de haber ido a todas. Nos faltaban Pamplona y Santander y el otro día ya fuimos a la primera, y a la segunda vamos a ir muy pronto. También vamos a ir a La Coruña, que todavía no hemos estado. Queremos volver a Canarias, porque cuando estuvimos en La Laguna nos gustó mucho, pero no tuvimos tiempo para que yo llevara a David y a Quequé al sur de la isla, que es lo que yo más conozco.
El 'Beer Station', donde estamos ahora, un bar del que diría que fue de los primeros en programar comedia. Ahora está muy de moda los locales con micrófono abierto y el 'Pícnic' es una referencia en esa modalidad.