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“Antes los carnavales se centraban en el barrio de la Viña, ahora llegan a todo el centro de la ciudad”, explica Marta Catalán, hija de la fundadora de ‘Café Levante’ (Rosario, 35), Tere Torres. Gracias a esta evolución de la fiesta, en el callejón de al lado de este negocio familiar se suelen parar a cantar “las ilegales” -así llaman en Cádiz a las agrupaciones de Carnaval callejeras-, y ellos lo celebran. El oficio, y también nexo con la vida bohemia gaditana, de Tere Torres era el diseño de vestidos de flamenca y en 1992 decidió abrir un lugar que nunca ha dejado de ser partícipe de la vida cultural de Cádiz.
“Por el Congreso de la Lengua del año pasado organizamos una exposición con varios cuadros y pequeñas frases de cada autor”, rememora el matrimonio. Almudena Grandes o Caballero Bonald son algunos de los autores célebres que han pasado por el ‘Café Levante’ en uno de sus muchos eventos literarios, y en las últimas semanas recibieron la visita de, por ejemplo, el polítologo Pablo Simón. Un lugar abierto de nueve de la mañana a dos de la madrugada para desayunar rico o tomarse una copa y lo que surja, sobre todo en una semana tan loca como la que nos ocupa.
A veces se pueden encontrar las tres generaciones de la familia Abeijón detrás de la barra de 'Bodeguita El Adobo' (Rosario, 4). Lo que siempre se encuentra es pescado fresco que les traen los barquitos de la bahía que acaba en el plato de la clientela, en la que se mezclan vecinos y chefs laureados. La estrella de la carta-pizarra son los chicharrones de morena en adobo, pero en esta época igual también apetece tirar de guiso, como el que preparan con patatas de Sanlúcar. "La gente viene por el buen pescado que hacemos y por el personal, que es muy agradable", explica Paco sobre su hija, Carmen, que toma con alegría el legado familiar.
En ‘Las Banderas’ (Virgen de las Penas, 1) se toman tan en serio el Carnaval que ya a principios de enero prepararon un ciclo temático para calentar motores. José Manuel Braza Benítez, “el Sheriff”, chirigotero y pregonero de las fiestas de este año y la comparsa Los Majaras de El Puerto de Santa María fueron algunos de los invitados. Aquí “se permite el cante (desde 1982)” y es la dirección perfecta si se quieren buenos vinos y destilados, y un picoteo de calidad. A un paso de ‘Las Banderas’ está ‘La Tabernita’ (Virgen de la Palma, 32), otro imprescindible de buen ambiente en La Viña, regentado por Inés González y su hijo, Rafael Bueno. No tienen teléfono público así que toca dejarse caer por allí, dispuestos a la sorpresa.
Tomás y Pepe Manteca cuidan la herencia de su padre en 'Casa Manteca' (Corralón de los Carros, 66), donde cantaores de flamenco, profesores de Universidad, gallos de pelea y hasta Nelson Mandela tienen su espacio en las paredes, que cuentan la ehistoria por sus paredes por sí mismas. Según cuentan los habituales, alrededor de esta barra se han vivido juergas antológicas pero también se ha comido mucho y bien. Chacinas en papelones pero además cazuelitas de comida caliente y, desde hace cuatro años, también pescaíto frito en su freidor regentado por Javier Murga. Las tortillas de camarones, muy generosas, se piden incluso para llevar.
Los medios locales ya informan de las novedades carnavaleras de este año. A los tradicionales concursos -de romanceros, de coplas o de tanguillos además de las célebres agrupaciones-, se suma una cabalgata inspirada en la historia trimilenaria de la ciudad, espectáculo de luces y una decena de conciertos gratuitos. Cerca de la estación de tren y autobús, como dando la bienvenida a los que llegan con ganas de cachondeo y arte, está 'La Cepa Gallega' (Plocia, 9), un lugar de ambiente antiguo, trato divertido y un chicharrón especial que es un pecado no pedir.
¿El cuerpo va pidiendo un descanso del trasiego festivo y necesita sentarse tranquilamente a comer bien? Es difícil equivocarse reservando en 'Confusione' (Buenos Aires, 21), donde Danilo Piteo no deja nunca de innovar a través de su cocina italiana con producto local. Según cuenta el chef, "todo se amasa aquí" y se nota, por ejemplo, en su pizza de Cuatro Quesos de la Sierra, donde confluyen diferentes tipos de queso payoyo de las diferentes provincias de la montaña gaditana. Piteo menciona algunos de sus platos, atrevidos y muy pensados, y dan ganas de probarlos todos: "ñoquis con tagarninas esparragadas, bruschetta con salmonete de la bahía, navajas a la carbonara... Hoy por ejemplo voy a hacer lasaña de langostino, pesto confitado y coco", comenta a Guía Repsol una mañana cualquiera.
“Estamos trabajando bien todo el año. Los carnavales del año pasado trabajamos muy bien, pero nuestra meta era trabajar para el gaditano”. Lander Urquizu y su mujer, Digna Vidaurre, han cumplido su objetivo en menos de tres años, cuando dejaron la cafetería de una estación de servicio Repsol en San Sebastián (Gipuzkoa). De allí se han traído algunos de sus grandes éxitos: “la lubina estilo Guetaria, con su refrito, o el txuletón con sus pimientos confitados o la tortilla de bacalao”; las afamadas croquetas tienen tres opciones: “hongo (boletus negro), bacalao y queso”. ‘On Egin’ (Plocia, 3) significa algo en euskera algo así como ‘que aproveche’, así que lo dicho.
'La Cepa Gallega', 'On Egin'... también 'Alamar' y al final, 'El Chicuco'. Varias referencias interesantes en Cádiz se encuentran en la calle Plocia así que puede ser un buen plan dejarse caer por allí al mediodía o al caer la tarde, aprovechando el viaje a esta ciudad, de por sí interesante en lo gastronómico. 'El Chicuco' (Plaza San Juan de Dios, 16) es un despacho de aperitivos gourmet y una tienda de ultramarinos que puede alegrarte la casa durante días, y 'Alamar' (Plocia, 8), un buen lugar para probar cocina marinera clásica.
Los primeros carnavales de para 'Listan Wine Tasca' (Plaza de San Antonio, 10) fueron, en el buen sentido, "una locura". "En esta plaza es donde se organizan los conciertos, el pregón de Carnaval..." , explica Enrique Pérez que ya se está preparando junto con su equipo para la Ostióna del próximo sábado. El bar que, para muchos, es la revelación del último año en Cádiz, nació de la "necesidad propia de tener un lugar donde celebrar el vino, huyendo de rigideces y catas muy técnicas" y se ha convertido en una bodega con unas 475 referencias, casi 200 de ellas por copas. La propuesta culinaria es "de tipo abacería", pero justo después de carvales llegarán los guisos y los arroces. De momento, destacan sus acompañamientos de picar, el favorito del chef Juan Viu ('Mare') es el montadito dobladillo, con caballa, tomate y mayonesa.
Otros buenos lugares para pedir un vino generoso, acompañado de unas tapas auténticamente gaditanas, son 'La Manzanilla y 'Taberna La Sorpresa'. 'La Manzanilla' (Feduchy, 19) es uno de las referencias favoritas de Carlos Hernández ('ConSentido', 2 Soles Guía Repsol) en Cádiz y la 'Taberna Sorpresa' (Arbolí, 4) lleva abierta desde 1956, apostando por el atún rojo de almadraba. Después de una parada en cada una, quizá lleguen las ganas de seguir la fiesta, en ese caso no hay que dudar mucho, "que las penas se van bailando".