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Difícil encontrar un Solete más brillante en la provincia de Málaga. Catorce años después de su nacimiento, este espacio ha encontrado la receta perfecta de la felicidad. Su exquisita decoración bajo toldos de camuflaje, su deliciosa playlist musical, su ambiente informal y el punto que dan a los cócteles acompañan a una gastronomía que vive a caballo entre el producto de la tierra y las propuestas internacionales. Todo a tiro de piedra del Mediterráneo y en un tranquilo rincón de la Costa del Sol.
En su carta se encuentra el clásico espeto de sardinas a la brasa de leña de olivo, unas patatas panaderas con salmorejo y huevos fritos o buenos arroces. Pero también hay tacos de pico de gallo con jalapeño y chipotle, tiradito de lubina, una rica ensalada de gambas suecas, curry verde, hamburguesas, lagarto ibérico o unos chipirones con quinoa. “Son sabores tradicionales, pero con toques sorpresa”, explican sus propietarios, Laura Olivares y Javier Más-Bagá. Conciertos y sesiones de música en directo completan el menú de 'Sonora Beach', que tiene planes para que no te muevas de allí en todo el día. Ni falta que hace.
Las brasas encendidas dan la bienvenida en el chiringuito que ejerce como referente en las playas de La Cala del Moral, en el municipio de Rincón de la Victoria. Ahí, a un paso de la arena y junto al Paseo Marítimo, 'Avante Claro' despliega sus velas para convertirse en un acierto seguro para disfrutar del pescaíto frito malagueño y los clásicos espetos de sardinas, perfectos durante los meses sin erre -de mayo a agosto-.
Navajas, coquinas, salmonetes o conchas finas, entre otros muchos productos del mar, son los protagonistas de una carta que otorga un amplio espacio a los vinos. También hay arroces y postres caseros para acabar el menú con sabor dulce. El establecimiento dispone también de unas hamacas para alargar la jornada hasta el infinito en la Costa del Sol.
En 2019, la familia que desde 1965 había liderado el chiringuito 'El Cabra', en Málaga, se jubiló. Lo que parecía un cierre se convirtió en una oportunidad para el equipo liderado por Guillermo Santacruz y Aitor Samperio. El restaurante reabrió meses después con aires renovados, aunque manteniendo su esencia marinera. Es decir: la misma carta y la misma ubicación en el corazón del barrio de Pedregalejo.
Allí, con el mar a apenas unos metros, el intenso olor salino y la sensación de vivir en otra época, las mesas de 'El Cabra' son toda una oportunidad. En ellas hay frituras de pescado y espetos de sardinas, lubina, gambón, pulpo o dorada, que ejercen de alma del establecimiento. Eso sí, también sirven marisco local y buenos arroces, así como algunos apuntes de carne.
A los pies del faro de Punta Doncella y junto a la lonja de Estepona hay un chiringuito que pasa desapercibido. Se trata de 'La Escollera', un rincón escondido entre las instalaciones de los pescadores que lleva más de 80 años dando de comer. "Es el típico lugar de marineros, con producto llegado directamente del mar, sin más lujos ni pretensiones que un buen producto", asegura uno de sus responsables, José María Valero. Merece la pena comprobarlo y confirmarlo con una visita.
El establecimiento dispone de dos espacios. Al norte, una estupenda barra y unas mesas altas estilo taberna que permiten tapear y compartir raciones desde un punto de vista más informal. Al sur, mirando al Mediterráneo, un salón y una terraza donde saborear los mejores pescados y mariscos de la zona, como los salmonetes de roca y las conchas finas de la bahía malagueña. La ensalada de pulpo hay que probarla, como los espetos de sardinas, que también hacen en adobo.