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Hay barras y cocinas con un pasado industrial que incluso sus clientes más frecuentes desconocen, no es el caso de ‘Taberna Sargadelos’ (Estrada a Sargadelos, 113. Cervo, Lugo). El bar se encuentra dentro del complejo industrial de Sargadelos, la icónica cerámica gallega, pensado para recibir visitas y declarado Conjunto Histórico-Artístico hace más de 50 años. Algo más secreta es la primera vida de ‘Ola Sagardotegia’ (Meaka Auzoa, 102. Irún, Gizpuzkoa), ferrería desde el siglo XIII. Las murallas originales conservadas y recuperadas por la familia Bengoetxea enmarcan la terraza, el frontón y el parque infantil de la sidrería. También en Gipuzkoa se encuentra la pastelería centenaria ‘Raizábal’ (Artekalea, 9. Bergara), que en sus inicios funcionó como cerería.
Viajamos hacia Aragón hasta ‘La Trucha’ (Las Fábricas, s/n. Villarluengo, Teruel). En la actualidad es un acogedor hotel rural donde, además de dormir se pueden probar sabores de la zona como el queso del Tronchón, pero desde el 1789 y durante 100 años fue una fábrica de papel que se servía de la fuerza de Guadalope para mover sus máquinas. Ya en Madrid a muchos sorprende la primera vida de uno de los Soletes cententarios, ‘Casa Mingo’ (Paseo de la Florida, 34), que fue un almacén ferroviario antes de que el ingeniero asturiano Domingo García decidiera en 1888 empezar a traer producto de su tierra para servir en la capital.
Como las fábricas, varios antiguos molinos albergan restaurantes e incluso hoteles por toda España y los Soletes de Guía Repsol descubren al menos cinco ejemplos. El conjunto etnográfico ‘Mazo de Santa Comba’ (Lugar de Santa Comba, s/n. Lugo) consta de, además de un mazo, un molino y un aserradero convertido en restaurante, y ‘El Molino del Gato’ (Llano del Arrabal. Albarracín, Teruel) ahora es una cafetería y pub que también funciona como galería de arte. Cerca del pueblo segoviano de Riaza se encuentra el alojamiento rural y restaurante ‘Molino de la Ferrería’ (Camino del Molino, s/n. Villacorta, Segovia), que llegó a ser el último molino harinero que dejó de funcionar por la zona, en los años 70. Parecida es la historia del ‘Molino del Puente’ (Puente de Dúrcal, s/n. Dúrcal, Granada), molino de harina del siglo XVIII restaurado como alojamiento rural con -sorpresa- menú vegano.
Comer o tomar algo en una cueva es otra de las experiencias que pueden brindan los Soletes, un ejemplo es la bodega, restaurante y alojamiento rural ‘La Cueva del Lobo’ (Santa María de la Cuesta, 14. El Molar) en plena sierra madrileña. En ‘Grotte del Huécar’ (Paseo del Huécar, 2. Cuenca) apuestan por las tapas y los cócteles y ‘Cueva La Martina’ (Rocinante, 13. Campo de Criptana, Ciudad Real) se ubica en una cueva vivienda del siglo XVI. Las vistas de su terraza dibujan una panorámica canónica del paisaje manchego, molinos de viento incluidos.
Otros Soletes en cueva se sitúan en Andalucía: las ‘Cuevas Al Jatib’ (Camino de Oria, s/n. Baza) permiten comer en la intimidad o con vistas al Geoparque de Granada y en las ‘Cuevas Anita la de San Miguel’ (San Fernando, 42. Alcalá de Guadaira, Sevilla) no falta “arte sabor y compás”. Ya en las Islas Baleares se encuentra ‘La Guitarra’ (Nostra Senyora dels Dolors, 1. Ciutadella de Menorca) desde 1969.
Y de las cuevas a los locales con historia eclesiástica. ‘La Ermita’ (Doctor Benítez, 9. Jerez de los Caballeros, Badajoz) y 'Gafiq Gastronómico’ (Plaza de la Constitución, 7. Belalcázar, Córdoba) en el Valle de los Pedroches tienen más cosas en común de las que a simple vista podría parecer: ambas fueron templos cristianos desde hace siglos y ambos ostentan un Solete de Guía Repsol. El primero se ubica en una ermita del XVII y apuesta por carnes ibéricas de la dehesa extremeña; el segundo se autodefine como “centro de interpretación y degustaciones gastronómicas” y antes de la iglesia de San Antonio en el siglo XVII fue hospital, escuela, casa de la cultura u hogar del pensionista.
También hay Soletes en palacios y castillos y uno de ellos llegó a Guía Repsol recomendado por el cocinero Julen Bergantiños, de ‘Islares’ (1 Sol Guía Repsol): la terraza del ‘Palacio Arriluce’ (Atxekolandeta Kalea, 15. Getxo, Bizkaia) de 1912. En Castilla y León se encuentran ‘La Concordia’ (Plaza La Concordia, 7. Mozón de Campos, Palencia) y ‘Castillo de Montemayor’ (Castillo, 10. Montemayor del Río, Salamanca), en castillos del siglo XVI y siglo XV respectivamente. Y también se da el caso de establecimientos que ocupan una parte de una antigua casa señorial: ‘Taberna El Motín de la Trucha’ (Ceniceros, 2. Zamora), por ejemplo, en una bodega, y ‘Las Caballerizas’ (Pizarro, 12. Cáceres), en unos establos.
Del mismo modo se han rehabilitado edificios que tenían un uso público o militar como locales de hostelería: el café bar del actual hotel ‘Semáforo de Bares’ (Santa María de Bares. Mañón, Coruña), era antiguo edificio de La Marina , y el restaurante ‘El Portalón’ (Hedegile Kalea, 151. Vitoria, Araba) una casa de postas del siglo XV. Terminamos este recorrido culinario pero también cultural en Castilla y León, concretamente en ‘El Quartelillo’ (Real, 37. Quintana Redonda, Soria), antiguo cuartel de la Guardia Civil y en el ‘Soto Playa’ (Paseo San Prudencio. Soria) una terraza en Soria que respeta la construcción del antiguo lavadero original a orillas del Duero.
Desde ‘Semáforo de Bares’ se puede observar la confluencia entre el Cantábrico y el Atlántico. Foto: Nuria Sambade
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/09_Krudo.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa")
