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El gran gótico de La Moraña
Localidad de unos 180 habitantes a 48,6 km de Ávila, cercana a Fontiveros y a la autovía A50 que conecta Ávila y Salamanca.
Las iglesias en los pequeños pueblos de La Moraña son un indicador claro de su pasada pujanza demográfica y económica, de la cantidad y calidad de sus tierras. Por eso la de Nuestra Señora de los Dolores habla bien de Collado de Contreras. A primera vista sus dimensiones parecen sobrepasar la escala del pueblo mismo y son una compleja pieza de estudio para cualquier aficionado a la arquitectura: trazas mudéjares como estilo emblemático de la zona junto a una mezcla de barroco y gótico, firmada por algunos de los canteros castellanos más célebres del siglo XVI.
Los muros, de enorme alzado, se construyeron con el clásico sistema de ladrillo visto y cuarterones (curiosidad: son visibles también en el interior del templo, sin ningún revoque), mientras que en el gran ábside, sujeto con contrafuertes, se empleó sillarejo de roca oscura. Las tres naves del interior se organizan y apoyan en amplios arcos de granito sobre pilastras, permiten una vista panorámica de todo el espacio. En los techos, las bóvedas de crucería (crucero y capilla mayor), también de granito, contrasta con el artesonado de madera, muy sencillo, en las naves. Púlpito, retablos y altares barrocos, una gran pila bautismal, un gran órgano en el sotocoro, entre otras piezas, completan el museo de arte y artesanía.
Hasta la ermita del pueblo supera con creces el tamaño medio para este tipo de construcciones. Junto al cementerio, tiene planta de cruz latina, portada barroca con espadaña y dos arbolitos a la puerta. En realidad es una pequeña iglesia.