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Antes de que las megadiscotecas y clubs de música electrónica convirtieran Playa d´en Bossa en el epicentro mundial de la fiesta, ya existía el hotel 'Migjorn'. Fue en 1979 cuando la familia de Alicia Reina inauguró este alojamiento con sus primeros 50 apartamentos, en pleno auge del movimiento hippie. La ibicenca lo cuenta con cierta nostalgia, delante de una fotografía en blanco y negro enmarcada en la pared donde se aprecia un pequeño edificio blanco -antes en primera línea de playa- y rodeado de campo.
"Fuimos el primer establecimiento en abrir en la zona d´en Bossa, cuando la playa aún era toda vírgen", explica Alicia, que destaca la figura de sus padres en el comienzo de este negocio cuyo nombre significa viento del sur. "Mi madre, Alicia Escandell Tur, era una gran emprendedora. Heredó el negocio de telas de mi abuelo y consiguió hacerlo prosperar, llegando a tener en exclusiva tejidos como la sedeta o la gasa. Gente de toda la isla acudía a su tienda a comprar. Mi padre, Juan Reina, trabajaba como director de hotel en una época en la que comenzaba el boom turístico. Fue entonces cuando decidieron abrir su propio alojamiento", explica la ibicenca, que hoy dirige el negocio junto a su marido José Riera.
Mucho ha cambiado este hotel desde la década de los 80, tanto en cuerpo como en alma. Tras varias fases de ampliación y una reforma integral que se topó con una dura crisis financiera (2008), 'Migjorn' pasó de ser un apartahotel de dos llaves a un alojamiento de máxima categoría, donde se conserva la comodidad que te aporta un apartamento -convertido ahora en suites- pero con los mejores servicios de un hotel, desde un spa, a un business center, una tienda de ropa, una peluquería o un supermercado. También ofrecen servicios de restauración, desde un suculento desayuno buffet, a un picoteo en el bar de la piscina o una cena en su restaurante gastronómico.
Los 100 apartamentos que ofrece hoy 'Migjorn Ibiza Suites & Spa' son un auténtico oasis de descanso. Su arquitectura cúbica, ideada por un tío arquitecto de Alicia -Carlos Saenz- es la seña de identidad de la mayoría de los apartamentos. Igual que las paredes blancas y encaladas que reflejan la mágica luz de la isla.
Los apartamentos, concebidos como pequeñas casitas de dos pisos con solarium y terraza, son espaciosos y acogedores. Todos con una distribución diferente, están decorados con mimo por la joven interiorista Noemí Mir del estudio D´Oliver que da protagonismo a la madera, a las alfombras de esparto y a los colores naturales en textiles y elementos decorativos, consiguiendo una armonía en cada espacio que te hace aún más difícil la decisión de volver a casa.
En una zona donde los grandes hoteles-discoteca como Ushuaïa o Hï Ibiza son los grandes reclamos, este alojamiento se diferencia por buscar un cliente con otro tipo de intereses. "Apostamos por un turismo de excelencia alejado de las masas. Buscamos ese perfil de visitante que quiere vivir la auténtica Ibiza, que es respetuoso con el destino y está dispuesto a pagar más por un tipo de alojamiento diferente", cuenta Alicia que celebra que "el 50% de la clientera es fiel y regresa". "Preferimos menos clientes, pero de mejor calidad", apunta la ibicenca.
Las dos piscinas del 'Migjorn' invitan a dejar el móvil en la habitación y desconectar de todo. El mejor plan: coger un libro o tomar un cóctel en una de sus hamacas o de sus comodísimas camas balinesas. Para comer o picar algo, el lounge poor bar ofrece una carta de temporada pensada para compartir con platos como un gazpacho con tartar de fresas; una ensalada con langostinos, cangrejo, mango, aguacate y chiplote; un salmón a la plancha con yakisoba de verduras; o una hamburguesa de Angus con pan brioche con panceta italiana; entre otras propuestas.
La alta cocina es la última apuesta de Alicia y su marido José Riera. Su reto: poner en el mapa gastronómico a su restaurante 'UNIC', capitaneado por el chef francés David Grussaute. Una cocina puramente mediterránea que, a través de dos menús degustación, habla alto y claro de los productos, paisajes y tradiciones de Ibiza.
Defienden tanto el entorno cero que son ellos mismos los que recolectan alguno de los productos que luego presentan en el plato. Es el caso de las posidonias o las distintas partes de un pino, que recogen en La Xanga, antiguo puerto de ronqueo y salazones de atunes. El primero lo utilizan para elaborar consomés de mar y panes; lo segundo, lo convierten en un sorprendente postre lleno de texturas, aromas y sabores a bosque que bautizan como 'Pitiusas'.
El porc negre, el cabrito ibicenco, el sofrit pagès o los quesos de 'Ses Cabretes', entre otros, conviven con algún que otro guiño francés -como las ostras- al que no ha podido resistirse este chef afincado en la isla desde hace 25 años. "La ostra la servimos con un crepe trigo xeixa autóctono relleno con porc negre, un mar y montaña que me recuerda a esas ostras con crepinette que en Francia se toman los domingos con un buen vino blanco", desvela el chef.
El brioche tibio de sobrasada de pato con encurtido de sandía; la raya con espuma de oxalis y perlas de caviar limón; la morena con tamarindo y vino de la tierra; o los espaguetis de algarroba con lengua de porc negre servidos en una delicada vajilla del ceramista Toniet son otros de los bocados que saborean la isla de principio a fin. Una excusa más para ser fiel a este hotel.
'MIGJORN IBIZA SUITES & SPA'. Carrer de les Begònies, 12, 18. Sant Josep de sa Talaia. Ibiza. Tel. 971 39 35 73