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Más allá de sus reclamos monumentales, de su patrimonio cultural y de su saber vivir, hay otros miles de detalles que hacen de la capital andaluza una urbe a rebosar de estilo y carácter. Una ciudad poderosa, elegante y bella a rabiar. Y un reflejo de esas bondades que la convierten en un lugar especial son las innumerables aperturas hoteleras enfocadas al gran lujo que están sucediéndose en su centro urbano.
Precisamente desde hace un año, hay uno que resplandece en el mismísimo corazón hispalense captando todas las miradas. En una esquina de la Plaza del Duque, rodeado de las calles comerciales más aclamadas y del bullicio de la ciudad, surge como un oasis el Hotel Casa Palacio Don Ramón, una bella construcción transformada en alojamiento boutique (catalogado 5* Gran Lujo) de tan solo 26 habitaciones que ha sido recientemente premiado como el Mejor Hotel Boutique de Europa en los World Travel Awards 2024. ¿Qué tal si hacemos check-in?
Nos topamos en esta ocasión con un rincón cuyo relato es amplio: por un lado, existe la historia original, que cuenta que la casa palacio fue construida allá por el siglo XVIII para pasar a alojar, muy pronto, la sede de diferentes instituciones —la última de ellas, la Cámara Agraria de Sevilla—. Por otro, la leyenda ideada para surtir de un poco de literatura y misterio a su nombre, que dice que fue Don Ramón un sevillano que viajó a las Indias en busca de fortuna y que, al echar de menos su tierra, regresó enriquecido para mandar construir este hermoso edificio y recibir en él a quienes gustara.
Por el halo de romanticismo que supone, es fácil quedarse con las segunda de las opciones: solo hace falta atravesar la majestuosa puerta de entrada al universo Don Ramón para fantasear sobre las historias acaecidas entre sus paredes. ¿Lo primero? Impregnarse del aroma de Sevilla, ese que homenajea al azahar y que ha sido diseñado en exclusiva para el hotel. “Nos llama mucho la atención cuando el huésped entra y dice: huele a Sevilla. Es una experiencia que se vive con todos los sentidos, un hotel que queremos que tenga las puertas abiertas a la ciudad. Que el sevillano tenga aquí un punto de encuentro”.
Quien nos habla es Saray Castaño, directora del Casa Palacio Don Ramón y vinculada al grupo Kaizen Hoteles, al que pertenece el alojamiento, desde hace ya algunos años. No en vano, se encargó durante mucho tiempo de la dirección de La Malvasía, el hotel con el que cuenta la cadena en El Rocío, Huelva. Ahora, al frente de este templo a la exclusividad en su propia ciudad, nos desvela que el objetivo que persiguen cada día, y por el que trabajan a conciencia, es el de utilizar el hotel como hilo conductor para llevar a sus huéspedes por la historia de la propia Sevilla.
“¿Qué hemos hecho para conseguirlo? Pues abordar el tema desde el inicio, en lo que es el edificio y su decoración. Hay tres tipos de habitaciones: las que están decoradas basándose en la cultura Árabe, en la Mozárabe y las de la Sevilla del Nuevo Mundo. Así intentamos narrar la historia de una ciudad viajera, de una Sevilla hospitalaria y que es, al fin y al cabo, cuna de un montón de culturas”, nos cuenta.
Habitaciones amplias, acogedoras, que abrazan al huésped tras jornadas intensas de turismo y paseos junto al Guadalquivir y que no escatiman en servicios para seguir trabajando en que la estancia sea lo más agradable posible. Para ello, se han tenido en cuenta las más avanzadas tecnologías, pero también la geogermia y la eficiencia energética, así como una sorprendente insonorización —dentro, todo es silencio— y aislamiento térmico.
Para dar forma y color a cada estancia y conseguir plasmar su particular stroytelling, desde el Casa Palacio Don Ramón han tirado de los textiles, de la historia de Triana y sus azulejos, de los colores e incluso de las plantas, que han sido cuidadosamente seleccionadas: no faltan en los espacios comunes y patios las buganvillas, los naranjos y los limoneros. Tampoco las fuentes, donde la presencia del agua vuelve a rememorar ese pasado árabe tan presente a pesar de los siglos.
Fue la interiorista Alejandra Pombo, cuya firma está presente en los tres hoteles del grupo Kaizen, quien captó muy bien el mensaje desde los inicios y se encargó del diseño. “Lo que buscábamos, sencillamente, era que fuera una experiencia sensorial. Que al final de la estancia el cliente recuerde el hotel como una vivencia más de su viaje”, nos aclara la directora.
La mayoría del mobiliario está hecho a medida, y para ello han trabajado con una empresa de artesanos de Jerez de la Frontera, Arquitectura del mueble. “Luego trabajamos también mucho con Guadarte para todo lo que es la forja, la cerámica, etc. Uno de los azulejos de los pasillos de la primera planta, por ejemplo, son una copia en los colores y dibujos de los del Real Alcázar”, nos desvela Saray.
Para seguir viajando en el tiempo, aún sin salir de los muros del Don Ramón, solo hay que fijarse en los detalles. Durante las obras de reconstrucción y reforma del edificio se decidió mantener todos aquellos elementos originales que fuera posible. Lo que resultaran irrecuperables, eso sí, se recrearían de la manera más fiel. “Para nosotros el patrimonio es fundamental. Los suelos de recepción, por ejemplo, son originales y están restaurados y colocados piedrita a piedrita: todo es muy artesanal. La balaustrada de la escalera es también la original, incluso la columnata del patio de los naranjos es del siglo XVIII”, nos aclara la directora. Una manera espléndida de recuperar el pasado.
Al subir las elegantes escaleras hasta el primer piso hay algo más que llama la atención: el rosetón con vidrieras que decora la pared rememora los años en las que el edificio fue sede de la Cámara Agraria de la Provincia de Sevilla.
Pero hay algo más que destaca en el Don Ramón y que queda patente se mire donde se mire: los cuadros y esculturas están presentes a cada paso, en cada rincón. Y es que, ¿quién dijo que no es buena idea darle un toque de sofisticación a un cuarto de baño con un poco de arte? Se comprobará en los ubicados en la planta baja del hotel, pero también en la privacidad de las habitaciones. Una decisión de la que es responsable la presidenta y fundadora del grupo, Marisa C. de Azcárate.
Algunas piezas forman parte, de hecho, de su colección particular. Otras, sin embargo, han sido adquiridas especialmente y constan en el inventario del propio hotel. Un listado en el que se cuelan nombres como Fernando Calderón, Balcris o Mundi Martín Iglesia. “Tenemos un catálogo, y además la idea es organizar constantemente exposiciones tanto de pintura como de artesanía y cerámica en el hotel”, nos revela Saray. Exhibiciones que tendrán lugar, normalmente, en la intimidad del Patio de los Naranjos, un coqueto espacio que reivindica las raíces más andalusíes y que supone un remanso de paz para los huéspedes del hotel. Cuando se celebren exposiciones, sin embargo, será accesible durante algunas horas al día también para los visitantes.
El que sí está abierto al público en general, en cualquier momento, es otro de esos rincones del Don Ramón que lo hacen único: el Patio de los Limones no es solo un oasis ideal para desconectar al amparo del rumor del agua de su fuente. También es el agradable escenario en el que se sirven los desayunos del hotel, y en el que también se despliega la más cuidada gastronomía elaborada por la chef Gema Cuaresma y su equipo en la cocina de 'El Limón', el restaurante del alojamiento.
En el último piso, como novedad, acaba de ser inaugurada la terraza del Don Ramón. Un lugar en el que, por un lado, los clientes pueden refrescarse siempre que así lo deseen en su deslumbrante piscina, pero donde hamacas y sillones otorgan también de un espacio perfecto para la desconexión a locales y visitantes. Un rinconcito en el cielo de Sevilla donde tardear entre copas y dulces a diario.
Así de contundente se muestra Saray cuando le preguntamos por lo que diferencia al Casa Palacio Don Ramón del resto de hoteles. ¿De qué se trata el lujo en este pedacito de Sevilla? “Se trata de adaptarse al huésped y de personalizar su estancia: lo que para mí es importante, igual para ti no lo es, y al contrario. Entonces, si somos capaces de adaptarnos y adelantarnos a eso, al cliente le llama la atención”. ¿Y qué hacen al respecto? Pues una prellegada en la que consultan con los huéspedes, por ejemplo, qué amenities prefieren de las firmas con las que trabajan, entre las que se encuentran Nuxe, Portus o Codage Paris.
También consultan a qué temperatura gustarían tener la habitación, o qué tipo de chocolates prefieren en las atenciones. Un lujo que va más allá de lo conocido y que busca no fallar jamás: hacer de la estancia de los huéspedes una experiencia para no olvidar.
Y, hablando de experiencias, ahí se halla otro de los platos fuertes del Don Ramón: la carta de propuestas con las que satisfacer las necesidades de sus clientes, más allá de las paredes del hotel, es tan amplia como la imaginación. “Personalizamos todo: no tenemos gimnasio, pero tenemos colaboración con uno. No tenemos spa, pero ofrecemos todo tipo de masajes en el propio hotel. Apostamos por experiencias culturales, gastronómicas, artesanales... Incluso reservamos sitios muy especiales a puerta cerrada y hacemos conciertos privados de flamenco mezclados con gastronomía”. Cualquier solicitud que reciban es un reto para el equipo del Don Ramón. Un objetivo que lograr cueste lo que cueste.
No hay que olvidarse de que el Casa Palacio Don Ramón no solo invita a desconectar, a deleitarse con sus rincones ocultos o a descansar en sus mullidas camas. Este hotel de lujo es también un lugar ideal para disfrutar con los sabores de Sevilla.
Así que volvamos a ese patio repleto de deslumbrantes azulejos trianeros y limoneros creciendo por doquier para hablar de la carta ideada por la chef Gema Cuaresma con la que agasaja a diario a sus comensales. Propuestas de temporada tan diversas e irresistibles como el carpaccio de gamba roja con vinagreta de yogur y manzanilla, la ensalada de quinoa con carabinero flambeado, el solomillo de vaca con parmentier cítrico y chalotas confitadas o el lemon pie Don Ramón. Atendidos por el amable maître, Manuel de Terry, las veladas en 'El Limón' transcurren con la hospitalidad que caracteriza al hotel por bandera.
Pero, como ya apuntamos antes, lo gastronómico arranca desde bien temprano. Los desayunos a la carta proponen un recorrido por lo mejor del producto andaluz: bandejas con embutidos e ibéricos bailan por el espacio para que cada cual escoja lo que más le apetezca. Pan tostado, aceite de oliva de la tierra, bollería variada y fruta de temporada ponen la guinda al pastel. Todo, eso sí, servido en una vajilla de La Cartuja de Sevilla diseñada especialmente para el Casa Palacio Don Ramón: sus delicados trazos en amarillo fluorescente son un guiño, una vez más, a esa fusión entre pasado y modernidad que tan a fuego defienden en este oasis.
No hace falta indagar más. Es ahí, en los detalles, en el cuidado, donde queda muy claro que, en este exclusivo rincón del corazón hispalense, conocen muy bien cómo agasajar al viajero de hoy. Y por muchos años más.
HOTEL DON RAMÓN - C/ Trajano, 2. Sevilla. Tel: 954 328 150.