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Pepe Albela se crió entre alambiques y se rindió a su pasión por los destilados y los botánicos hasta crear Nordés, la primera Atlantic Galician Gin. Inconformista, se alejó de ese proyecto; creó su ginebra más personal, P.A./311; y, ahora, saluda al enoturismo. Te adelantamos la experiencia de los tres centros artesanales de destilación que abre en Vedra con este alquimista del siglo XXI como guía
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Alma auténtica, espíritu gallego y muchas gotas de inconformismo. Tres ideas para definir la ginebra P.A./311, a su maestro destilador, Pepe Albela, y a su nuevo proyecto, una experiencia de enoturismo en sus centros artesanales de destilación de ginebra, ron y whisky en el municipio de Vedra (A Coruña). Con este alquimista del siglo XXI como guía, nos adentramos en estas tres localizaciones días antes de que abran al público y desentrañamos los secretos de la alquimia al tiempo que probamos sus destilados maridados con berberechos, queso San Simón da Costa y tarta de Santiago.
Todo empieza y acaba en la parroquia de San Miguel de Sarandón. La ubicación GPS nos lleva a la primera parada entre carreteras serpenteantes. Estamos a apenas 20 kilómetros de Santiago de Compostela, pero parece otro mundo, entre robles, castaños y silencio. Nos paramos ante una casa que, muros afuera, apenas deja intuir la experiencia que esconde en su interior.
Es la primera parada y ahí se queda el coche. Las otras tres corren por cuenta de Pepe Albela. Así será la experiencia para todos los visitantes. Hay opciones de visita individual y en grupo, con y sin pernocta, pero en todas ellas, para que la experiencia sea más segura y completa, los desplazamientos entre los tres centros de destilación se realizan de esta forma. Para quienes lo deseen, el viaje incluso empieza antes y los podrán recoger en casa, en la estación, en un hotel… allí donde lo deseen en un radio de 30 kilómetros.
Solucionadas las dudas logísticas, ya solo queda disfrutar y esta primera visita llega ya con sorpresa. Tras los muros de una casa aparentemente corriente se esconde un centro de destilación de ginebra que Pepe Albela ha diseñado pensando en el visitante, pero, sobre todo, en su proceso de creación, “un espacio para mí, para estar cómodo”, confiesa. Sus creaciones con alma no podrían salir de una nave industrial y ha creado una burbuja de madera y cristal en medio del jardín en el que cultiva sus propios botánicos y la uva albariña que utiliza en su ginebra .
Rendido al “poder de la naturaleza”, abre su corazón y empieza su historia, “una vida entre alambiques”. Y rememora aquellos primeros años, con tan solo diez y once, en los que correteaba en el cobertizo en el que se elaboraba aguardiente de forma tradicional, de la mano del tradicional y casi desaparecido poteiro ambulante que recorría casa por casa para transformar el bagazo en orujo. Historia, tradición y el origen de quién es hoy Pepe Albela, un maestro destilador que desde los 16 años trabaja en la empresa familiar y cuyos destilados beben de tres generaciones de destiladores.
Salen a relucir su abuelo paterno José y su abuela materna Lolita, de donde parte su inspiración y de quienes aprendió el oficio. Y aquella primera destilería industrial de la comarca del Ulla que fundó su padre en 1992. Inevitablemente, también sus inicios. Con 23 años se hizo cargo del negocio y, de forma autodidacta, experimentó con los orujos, pero pronto le llegó la “inquietud” por los destilados y los botánicos y una necesidad de innovación.
Ahí aparece en la historia Nordés, la primera Atlantic Galician Gin, que creó con Juan Luis Méndez -bodeguero- y Xoán Cannas -nariz de Oro 2004 y copropietario del restaurante Pepe Vieira (2 Soles Guía Repsol)-. Era 2012 y, durante una década, innovaron, crearon el vermú gallego Nordesía, el destilado botánico de baja graduación 25Lolita´s, el ron Burla Negra; o el destilado picante con pimiento de Padrón Dr. Zas.
También eso forma parte ya de la historia. Hoy está todo en manos del Grupo Osborne y en 2023 Albela empezó su proyecto en solitario. Ya antes había empezado a fraguarse P.A./311, la ginebra que lanzó en diciembre de 2023 y que en pocos meses se hizo hueco en todo el mercado nacional. Con ella hace la primera cata de esta experiencia enoturística.
Ya ha explicado su historia y toca detallar la de esta ginebra, que debe su nombre a sus iniciales (P.A.) y al número de intentos que realizó antes de dar con la versión definitiva, la 311. Ginebra de autor resultado de todas sus creaciones anteriores, está elaborada con productos gallegos y más de una decena de botánicos. Fresca, floral y afrutada, sabe a Galicia y al Atlántico y, tras saborearla sola y luego en gin tonic, toca maridarla.
Berberechos. El maridaje “perfecto” para esta creación. Aunque los matices de esta ginebra se comentan solos, su creador destaca, entre 12, un botánico, el enebro, y, sobre todo, el toque diferente que la hace aún más especial, el uso de uva de albariño pasificada. Las uvas son de un pequeño viñedo dentro de esta misma finca y lograron que se fuese pasificando en la propia planta, sin vendimiarla, redondeando su sabor.
Acompañarla de berberechos es una elección personal de Albela frente a la moda de acompañar los gin tonic con gominolas. “La salinidad y el toque fresco de los berberechos integra perfectamente con el sabor a Galicia de esta ginebra”, nos explica. El berberecho es “uno de los productos que más sabe a mar” y era la elección “perfecta”, le da un “sabor fresco del Atlántico”.
La experiencia está pensada para grupos de ocho personas y su inquieto creador ya está dándole vueltas a cómo adaptarla también pensando en los niños. De momento, tras la cata, toca un paseo por el jardín. En su apuesta por la economía circular y el 100% gallego, se ha marcado el objetivo de, a cuatro años, producir en este jardín el 90% de los productos que precise para su ginebra. Ha pasado uno y ya empiezan a verse, además de la uva albariña que luego usará parcialmente deshidratada y macerada 48 horas en la ginebra, plantas de hibisco o hierba luisa cuyo olor impregna la experiencia.
Toca coger coche con destino a la siguiente parada, a apenas tres minutos de distancia. Si la primera era sorprendente, esta resulta casi increíble. Ha optado por restaurar la antigua casa de su abuela para ubicar la destilería artesanal de whisky y el lugar en el que, actualmente, envejece el ron. De momento, no comercializa ninguna de estas dos bebidas, más centrado en la ginebra, pero lleva ya años elaborándolas y las ofrece en cata.
Esta casa de piedra aparentemente tradicional y de exterior idéntico al de décadas atrás esconde un espacio moderno con el toque original de obras del creador Arturo Álvarez en el que conocer la elaboración del whisky de Pepe Albela, que preparan con cereal de su propia plantación de 70 hectáreas y, para la cata, maridan con queso de San Simón da Costa por su toque ahumado.
Es un whisky envejecido cinco años en barricas de vino tinto gallego de las variedades brancellao, sousón y caíño y visitar esta destilería le ofrece a Albela la oportunidad de recrear recuerdos de su infancia. La bienvenida es en una sala de ladrillo negro con la que ha querido recrear aquel cobertizo lleno de humo en el que, cuando era muy pequeño, se destilaba el aguardiente de forma tradicional y luego llegarán espacios con marcado protagonismo de la iluminación de Arturo Álvarez, un artesano que, desde su taller en Vedra, a escasos metros de la destilería de ginebra, produce lámparas hechas a mano para todo el mundo.
Un campo de cereal de luces y sombras para simbolizar “la importancia que le damos a la materia prima” o la escena ‘Leria’ que transporta a aquellas largas noches de conversación alrededor del alambique que hacían aldea ayudan a poner en situación al visitante, con un ambiente tranquilo y sosegado que invita a la relajación, a una charla distendida y a ese contacto con el pasado que busca Pepe Albela.
En la botella de su P.A./311 ya da un adelanto de ese espíritu, con una frase de Rosalía de Castro, Sólo el recuerdo de donde vengo me ayuda a saber hacia donde voy. Une pasado con futuro, tradición con innovación y, mientras, tanto, confía los secretos de su ron. Es el único producto que no elabora 'Destilerías Pepa Albela', sino que lo compran en el Caribe, pero sí tiene su sello personal, pues lo envejece durante un año en barricas de albariño y le dan otro año más de crianza submarina en batea.
El visitante ya tiene toda la información que necesita para poner fin a la visita, en su tercer emplazamiento, coche mediante. Termina la visita en un Museo de la destilación creado por este alquimista del siglo XXI en el que, además de repasar distintos proceso de elaboración de espirituosos y destilados, expone el pasado de su familia a través de documentos que recuperó de la estancia de su bisabuelo en Cuba, donde regentó un restaurante y una librería.
Una cata de su ron, cuyo envejecimiento ya detalló en la casa familiar, pone fin a entre hora y media y dos horas de experiencia. Lo marida con tarta de Santiago, buscando esa integración con el dulce que tan bien pega con esta bebida, y termina un viaje de experimentación y descubrimiento en el que el visitante aprende de destilación, de historia y del alma de estos productos. Una experiencia única y didáctica en el que se siente como en casa y entiende que llegar hasta aquí, “no es casualidad, sino que es una vida entre alambiques”.
'DESTILERÍAS PEPE ALBELA'. Lugar La Iglesia, 4, Meira. Vedra, A Coruña. Tel: 981 503 021
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