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En realidad no es difícil hacer un buen mojito. Se trata de un cóctel a base de ron blanco, lima, azúcar, menta o hierbabuena y soda; y siguiendo los consejos del Adal Márquez es difícil no prepararlo de diez. Márquez es jefe de barra de la mítica 'Coctelería Boadas', en Barcelona. Fundada en 1927 por Miguel Boadas –durante años alma del bar 'Floridita', en La Habana–, es la coctelería más antigua de la Ciudad Condal.
El mojito debe hacerse con ron blanco y no oscuro. "Debe ser un ron blanco cubano y seco, que no sea demasiado dulce –explica Adal Márquez–. Puedes usar uno que tenga como máximo tres años". Los más conocidos de este espectro son Havana Club 3 y Bacardi Carta Blanca.
Igual que con el ron, es mejor tirar hacia el blanco. Mucha gente usa azúcar moreno para darle color, pero tal y como cuenta Adal Márquez, "el azúcar moreno en realidad está teñido con melaza, aunque no la lleva". No te pases con el azúcar, debes poner dos cucharaditas y no más, porque sino acaba dando más sed de la que debería quitar.
El mojito realmente se hace con hielo roto. Sería parecido al hielo pilé, pero no se trata de ese tipo exactamente. Es mejor intentar evitar el hielo en cubos y el hielo en polvo, lo ideal es romper uno mismo el bloque de hielo con un martillo e ir usando los trozos.
Los ingredientes no suelen variar, entonces, ¿por qué se preparan por ahí mojitos aguados, dulces o parecidos a una ensalada macrobiótica? Sin duda la clave es el procedimiento. Adal Márquez asegura que el truco es disolver bien el azúcar: "Debes disolverlo con el zumo de lima, nunca echar el alcohol antes de haberlo disuelto. El alcohol cristaliza el azúcar, que acaba quedando ácido, y ese es el motivo de que te encuentres por ahí mojitos con el azúcar hecho un bloque en el fondo".
En cuanto a la menta (o mejor aún, hierbabuena), debe estar presente en hojas enteras, por lo que no hay que machacar las hojas como si nos fuera la vida en ello. O bien les damos unos pequeños toques con el mortero girando la muñeca o, antes de echarla en el vaso le damos una palmada para que suelte el aroma de sus aceites esenciales.
El zumo de lima debe ser recién exprimido. Otra opción es partir en cuatro una lima y presionar suavemente para que eche su jugo, pero advierte Márquez que "no se debe machacar en exceso la piel de lima, porque da demasiado amargor".
En un vaso alto y ancho (se llaman tipo Collins), echar el zumo de lima o los cuatro trozos de lima. Añadir el azúcar y con el mortero presionar suavemente para extraer el zumo de la lima si la has echado entera. Remover hasta que el azúcar se disuelva completamente. Después, echar las hojas de menta o hierbabuena al vaso, pero antes darle una palmada para que suelten el aroma. Se puede presionar un poco más con el mortero pero sin romperlas, solo acomodándolas.
Echar hielo hasta que llegue a la mitad del vaso. Verter el ron y remover suavemente. Acabar de llenar el vaso con hielo y echar la soda. Adornar con una ramita de menta o hierbabuena. Finalmente, ponerle una pajita (¡reutilizable!) para evitar la menta y disfrutar con una banda sonora ad hoc (que en este caso pasa inevitablemente por Celia Cruz o Chucho Valdés). Modo vacaciones ON.
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