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La cocina al vacío consiste en cocinar a bajas temperaturas (menos de 100 ºC) y durante periodos largos de tiempo. La carne, las aves y los pescados y mariscos son los ingredientes que se trabajan mejor con esta técnica. Antes de que entren en el horno de cocción se necesita envasarlos al vacío acompañados de especias, vino o similares para que se aromaticen. Este sistema ayuda a que los alimentos sean más aromáticos ya que no se evaporan con el calor y la carne estará más tierna dado que las bajas temperaturas no provocan la contracción del colágeno.
¿Tu padre no quiere perder tiempo cortando verduras? ¿No tiene la velocidad de los grandes chefs picando a cuchillo los ingredientes? Estas tijeras tienen cinco hojas para poder ahorrar tiempo y esfuerzo.
Con este separador de yemas y claras en cerámica con forma de troll constipado, seguro que hará reír a los familiares que le ayuden como pinches de cocina.
Las tostadas del desayuno tendrán otro sabor untadas con mantequilla fresca y artesana. Sólo necesita algún ayudante que se anime a pasar un buen rato dándole a la manivela de esta útil mantequera. Se acompaña con un libro de recetas para dar al producto casero un aroma o sabor diferente.
¿Tu progenitor es poco diestro a la hora de trinchar la carne en porciones casi perfectas? Pues estas pinzas le ayudarán a filetear el redondo de ternera en filetes perfectos y homogéneos. Así, no escuchará las típicas quejas de los comensales del estilo: "Pues el mío es más pequeño" o "¡Te has pasado un poco!".
El sifón para espumar es un accesorio utilizado en los mejores restaurantes. Así que ¿por qué no en la cocina familiar? El aparato consta, principalmente, de un cuerpo donde se introduce el líquido (caldos, purés), más un elemento emulsionante (clara de huevo, grasa, gelatina) y un cabezal donde va la indispensable carga de óxido de nitrógeno con el que se consigue ese efecto espumoso. Con estos sifones se pueden hacer tanto platos dulces como salados y sorprender con ellos a toda la familia.
Aunque puede parecer un capricho inútil, los sopletes de cocina tienen muchos usos. Con ellos se puede caramelizar el azúcar y flambear los postres de manera segura y rápida, gratinar quesos, asar verduras o dar una pasada final a las carnes y pescados para que su superficie quede crujiente. Sin duda, puede convertirse en la herramienta indispensable de las cocinas modernas.
Aunque a primera vista puede parecer más un capricho que un útil instrumento, los atomizadores de aceite son perfectos para no pasarnos con el aceite de oliva. Van perfectos a la hora de cocinar a la plancha y a la parrilla y son esenciales si tu padre necesita perder peso y no quiere pasarse con la grasa a la hora de aliñar unas verduras o una ensalada.
El uso del batidor eléctrico para crear burbujas con las que culminar elaboraciones gastronómicas o de coctelería ha pasado a la historia. Ahora existen aireadores fáciles de usar que permiten producir aire de forma continuada y controlada. Simplemente se necesita un poco de líquido o lecitina de soja, u otros productos específicos, para crear esas diminutas burbujas. Salados, dulces, ahumados, fríos, calientes… los límites los pone el propio cocinero.
Los aromatizadores culinarios se basan en la técnica del ahumado instantáneo a partir de aceites esenciales, extractos o alcoholes. Casi todo es susceptible de enriquecerse con un olor añadido: tostadas, galletas, frutas, levaduras, licores, ahumados, tés e infusiones, cafés… Incluso personalizar tus propias fragancias. Eso sí, como accesorio, se necesita una campana especial.
La deshidratación consiste en eliminar el agua de los alimentos, especialmente de las frutas y verduras. Hasta hace poco, el proceso se hacía de forma natural, exponiendo los productos al sol y al aire pero hoy, existen electrodomésticos fáciles de usar, como los deshidratadores, que facilitan mucho la labor y que consiguen tomates, albaricoques o piña concentrados y con un sabor más intenso. Esta técnica nos permite, además, tener en casa ingredientes de temporada durante todo el año.
Los smoothies, batidos y zumos naturales y hechos al momento están cada vez más de moda. Por lo que si se pretende obtener buenos resultados, lo mejor es hacerse con una exprimidora o un extractor lento de prensado en frío que machaque sin problemas cualquier tipo de fruta y verdura. Son excelentes a la hora de preparar helados, purés o papillas de gran calidad, sabrosos y, encima, aprovechando todo el jugo de las materias primas.
Las máquinas profesionales de esferificación son excesivamente caras (unos 2.000€) pero existen en el mercado kits especiales para sacarse la espinita. Estos equipos caseros permiten, de forma rápida y fácil, elaborar una gran cantidad de bolitas con mucha precisión. Prometen unas 96 perlas por segundo, perfecto para una cena o comida especial. Con ella se pueden trabajar productos tan diversos como chocolates, gelatinas o albúminas. Además, es desmontable se lava en el lavavajillas.
¿Tu padre aspira a ser el alma de la fiesta? Pues nada mejor que un kit para elaborar sofisticados gintónics empleando técnicas de cocina molecular. En el mercado hay cajas que contienen todas las herramientas y aditivos necesarios (lactato de calcio, alginato de sodio, lecitina de soja) para reconstruir el combinado en caviar flotante, en espectaculares nubes o a preparar sirope casero de gintónic.
Convierte a tu padre en un auténtico maestro cervecero con este equipo para elaborar cerveza artesana y bio. Contiene todo lo necesario: lúpulo, levadura, oxígeno activo, cubo fermentador… Se obtienen cinco litros de una cerveza al estilo Pilsen Ale, una rubia aromatizada con un lúpulo noble como el Saaz, donde aparecen recuerdos a fruta característicos de la alta fermentación.
Moler maíz, espelta, o trigo sarraceno para conseguir harinas que sirvan para cocer pan, triturar los granos de café e, incluso, descascarillar y machacar la malta para hacer cerveza casera son algunas de las posibilidades que ofrecen los molinillos modernos. Además, se instalan fácilmente en cualquier mesa.
El vermut es una bebida tradicional y de sabor especial elaborada a base de vino blanco, especias (clavo, manzanilla, canela…) y otros ingredientes (ajenjo, limón, azúcar moreno…). Si tu padre no perdona el dominical ritual de tomarlo para abrir el apetito, ¿por qué no le animas a que se lo fabrique él mismo? Existen en el mercado kits con todo lo necesario.
Pepinillos, zanahorias, cebollitas… son muchos los vegetales que pueden encurtirse con salmuera. Y, si se pueden hacer de forma artesanal, mucho mejor. Este barril de roble blanco es perfecto para ello. En él tu padre puede experimentar añadiendo azúcares, especias, esencias o aromas para conseguir el toque gourmet deseado. Además, el tonel puede personalizarse con su nombre.
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/09_Krudo.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa")
