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Suena el euskera bajo el emparrado de 'Txiritinga'. También el francés y algo de castellano. En este oasis de las hamburguesas cercano a Estella, Egoi y Ruth Cañadas (hermanos y socios) sirven sin dejar de sonreír y bromear ese producto que este verano les ha sido reconocido con un Solete Guía Repsol: sus hamburguesas. No es la única razón para acercarse a esta cervecería. También su patrimonio inmaterial influye.
“Las que más salen son la Mexicana, la Latin y la Gazta burguer”, dice Egoi sin perder un ápice de atención a la clientela, que no deja de llenar sus mesas afuera bajo la apetecible sombra de la parra. También los camareros cantan la Txiriburguer, una hamburguesa en honor al misticismo que llena el local y que hace doce años cristalizó en 'Txiritinga', el nombre de esta cervecería-hamburguesería que habla de duendes y música, de otros planetas, de evasión y disfrute.
Hermandad, amistad, vecindad y viajeros que llegan sonrientes y se van más todavía. Este es el conglomerado que llena de vida esta casona de pueblo de la zona media de Navarra, la vivienda familiar de los Cañadas en el Valle de Yerri. Bien es sabido que los lugares que nos hacen volver tienen un imán donde el producto y el carácter entrañable de la gente juegan un papel clave. Esa filosofía es la que está detrás del Solete Guía Repsol y la que acompaña en el bolsillo del delantal de Egoi, Ruth y equipo.
También el compañerismo, a raudales si se trata de pesar cantidades. “En esta zona están también 'La Pampinela', pizzería en Eraul, el 'Dulanz' en Abárzuza o 'El Granero' en Salinas de Oro. No son competencia, ya que nos ayudamos entre nosotros. Garísoain, las sidrerías de Murugarren... Con todos ellos solemos quedar para echar cervezas y eso es algo súper bonito. Estamos hablando de amistad".
Egoi saluda a amigos y recién llegados a cada mesa derrochando simpatía. Sus hamburguesas XXL despiertan más de una exclamación entre todos. “Las hacemos nosotros a partir de la carne que compramos a varios distribuidores. El buey es de Burgos y nos lo sirve 'Pirineos'. También trabajamos con 'Muguerza', en Estella, una carnicería donde compramos la ternera y con Omar, un carnicero de confianza al que le cogemos el cordero y las alitas para tener oferta halal”, explica Ruth. Esa ternera será luego la diva de hamburguesas imprescindibles como la Mexicana, la Latin o la Gazta (queso en euskera).
Aquí hay carácter y personalidad, autenticidad, mucho esfuerzo y ganas de viajar. De ahí su hamburguesa veggie de seitán, su salsa tropical o su tagliatelle con tofu. “Se me ocurrió hacer un guiño a cada continente con este tipo de productos, aunque me falta un poco de Asia y África. Yo digo que esto es I+D+I en hamburguesas”, cuenta Egoi.
Pasa algo parecido con su carta de cervezas. Tienen la Rhus, una suave elaborada en la vecina Estella; IPAS como la San Donato Andía, hecha en Pamplona; o la Vasconia, de Dicastillo, pueblo relativamente cercano a Riezu. “Voy probando y traigo lo que me gusta. La gente también me inspira mucho para apostar por el producto. Hacer red entre todos me parece algo fundamental”.
Fueron los padres de Egoi y Ruth quienes abrieron la -ya antigua- sidrería situada bajo la casa familiar. En verano los hermanos viven aquí, encima, para no perder ni un minuto del tan preciado tiempo. Su otra hermana también trabaja con ellos. “Aquí hay mucho que contar. De aquella sidrería luego fuimos cambiando hasta que hace cuatro años dimos con esto, con las hamburguesas.” Dice Egoi que surgió así, animándo a su hermana a hacer las mejores burguers. Se movieron... y hasta hoy.
Egoi no pierde la sonrisa mientras cuenta la historia de su local, de su vida. “Hay mucho trabajo detrás, pero bueno, como en todo. Y mucho cariño, que es lo que hace que el esfuerzo no sea para tanto”. Este joven emprendedor aprendió en la sidrería 'Zapiain'. Allí se familiarizó con la txuleta para luego volver a su pueblo. “La sidrería la abrimos porque creíamos que era algo fácil para sacar; también teníamos platos combinados. Pero un día, junto a mi amigo Asier, dijimos: teniendo esto tan bonito, vamos a darle un sentido. Y empezamos con las hamburguesas”.
Hoy son nueve personas las que dan vida a 'Txiritinga', entre ellos los hermanos Ruth y Egoi. Cinco en cocina y cuatro camareros. Son de Riezu, de Abárzuza, de Estella... De la zona de Iranzu - conocida oficialmente como Tierras de Iranzu-.
Aquí no hay un solo plan, hay muchos planes en torno a esta casa de felicidad. Un paseo por el pueblo y un selfie en las riberas del río Ubagua, casi regando 'Txiritinga'. Una excursión haciendo trekking por las sierras de Urbasa y Andía, un baño o un rato de sol en el pantano de Alloz. Esto es Yerri, un valle de pequeños pueblecitos perdidos entre carreteras secundarias y campos de cereal.
“Son grandes eh”, dice Egoi refiriéndose a sus hamburguesas, advirtiendo del tamaño a los viajeros que, junto a los vecinos, crean un mix de acentos en este pueblo de poco más de 100 habitantes. “Aquí además tenemos una casa rural regentada por un belga que nos ha traído siempre muchos turistas al pueblo, incluyendo viajeros de Australia. Pero sobre todo viene mucha gente de Pamplona, Guipúzcoa y Navarra”.
Dice Egoi que quiere seguir haciendo cosas nuevas, es lo que le inspira. “Tengo la mente a mil cosas, necesito moverme, explorar nuevas hamburguesas e incluso ir cambiando. Es actitud ante la vida”. Y con ese mood se quedan sirviendo sus hamburguesas made in Riezu. Siendo un poco trotamundos, pero sin olvidar los orígenes, como lo demuestra la kupela en honor a la antigua sidrería. O la piedra y el emparrado que cuentan sus raíces, pero con la mente abierta a todos los sabores que pueda traer la carretera.