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Cercedilla

La amante de la sierra

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Ambas unidas por un sinfín de transportes y a tan solo 60 km de distancia forman una pareja perfecta. Cercedilla es el amor de Madrid. Las dos se enamoraron una vez y aunque tienen horarios distintos, siempre que pueden se reencuentran con la nieve en invierno, época en la que la sierra de Guadarrama se viste de blanco para dar comienzo a la época de esquí, en el Puerto de Navacerrada, el más próximo a la capital.

Cercedilla ondea su belleza al viento, natural y sin maquillaje a través de la sierra de Guadarrama, donde los paisajes se funden con el parque natural de las Dehesas y la sierra; y en verano, con las piscinas naturales (las Berceas) y las praderas. Un pueblo delicado de montaña de casitas unifamiliares y pisos con estilo serrano, algunos de piedra al igual que sus calles. En la Plaza Mayor, el Ayuntamiento y la casa de Mayores se observan, uno en frente del otro, dando una visión general de lo que el visitante se va a ir encontrando en esta localidad de la sierra madrileña. El primero, más joven y blanco y de líneas más modernas, contrasta con la casa de mayores, de piedra granita y evocador. Paseando por el casco también se encuentra la plazueleta de San Ginés, el corralillo de Gloria Fuertes, la iglesia de San Sebastian, de origen románico tardío o el Parque de Pradoluengo, y es posible recorrerlos con una visita teatralizada que el ayuntamiento pone a disposición del visitante y en la que se evocarán las palabras de Cervantes, Lope, Luis Rosales o Machado. El lugar perfecto donde disfrutar de la cultura serrana y evadirse del ajetreo para reencontrarse con la montaña y la mejor vista de pájaro de la ciudad alzándose a lo lejos.

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