{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Barruera-La Vall de Boí

Naturaleza y arte románico químicamente puros

Compartir

Si uno es aficionado al turismo de montaña y al de naturaleza, éste es un destino fijo en nuestras quinielas. Situado en los picos más altos de los Pirineos, es lógico que la nieve sea protagonista fundamental en La Vall de Boí, con su magnífica estación de esquí de Boí Taüll. Además, a unos 50 minutos en coche del núcleo urbano se encuentra el acceso comarcal del Parque Nacional Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el único de estas características que puede encontrarse en Cataluña. Allí podremos disfrutar de la magia del agua en todas sus variantes, ya sean ríos, lagos o torrentes. Sin embargo, sería un error centrarse en los atractivos naturales del municipio, puesto que la mano del hombre también ha dejado un irrepetible conjunto de iglesias románicas, reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. En general, todos estos templos se sitúan en cimas de montaña. Sus campanarios están alineados y son tan altos y esbeltos que logran que el visitante se sienta empequeñecido. Estamos ante un espectáculo natural y románico de altura. Tenemos nueve iglesias por descubrir, así que papel y lápiz. En primer lugar, la de Sant Climent de Taüll, la más conocida por su impresionante campanario de seis plantas. Santa María de Taüll, por su parte, es la única iglesia del valle que se encuentra en el centro de una población. Sant Joan de Boí es otro templo, que destaca en este caso por sus frescos de santos, pintados siempre de frente, y de pecadores, pintados de perfil. Santa Eulalia de Erill la Vall es otro templo interesante por su escultura del Descendimiento de la Cruz. La Iglesia de Sant Climent y Sant Joan, por su parte, se comunicaba con la anterior mediante sus campanas. Continuando con nuestra agenda de visitas, nos esperaría la Iglesia de la Nativitad de Durro, chiquita y delicada. Y también la ermita de Sant Quirc de Durro, desde la que se ve la silueta del pueblo homónimo. Sant Feliu de Barruera es otro templo de referencia, pétreo y sobrio en este caso. Santa María de Cardet cuenta con un inmenso ábside, el más alto de las nueve iglesias y, por último, nos tocaría visitar la iglesia de la Assumpció de Coll, en la que nos aguarda una imprescindible visita a su cementerio, lleno de lápidas de la época. Para los que quieran entender por completo el código y tesoros que encierran estas nueve extraordinarias iglesias, recomendamos el Centro del Románico de la Vall de Boí, en Eric la Vall. Allí, en un entorno agradable con protagonismo de lo audiovisual, podemos aprender todo lo relacionado con este estilo medieval.

Contacto