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Paradores para Halloween Parador de Cardona

Paradores en España para un Halloween de miedo

Un fantasma de compañero de habitación

07/12/2023 –

Actualizado: 13/10/2022

Llega la época favorita para los amantes del terror y el misterio. Las casas se visten con sus más lúgubres galas y los niños esperan el atracón dulce propio de la fecha, siguiendo la tradición anglosajona. Sin embargo, para vivir un auténtico Halloween de miedo, la mejor opción es buscar compañía espectral, una presencia que nos ponga los pelos de punta y nos acerque realmente a lo misterioso. Existen varios Paradores en España donde las leyendas están muy vivas y, de cuando en cuando, sus fantasmas se dejan notar de las formas más originales. Quienes gusten de conocer los entresijos del más allá no tiene más que reservar alguna de las esotéricas habitaciones de estos hoteles.

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1. Parador de Oropesa (Toledo)

A pesar de su inquietante existencia, la bondad también puede ser virtud en un fantasma, tal y como han narrado decenas de historias excéntricas. Algo así cuentan quienes han sentido las caricias de La Dama, el espíritu que, según aseguran algunos clientes o trabajadores, sigue rondando las estancias del Parador de Oropesa.

Parador Oropesa

El castillo del Parador de Oropesa fue testigo de las atrocidades de Pedro I 'el Cruel'. Foto: Sofía Moro

Al parecer, este espectro gusta de hacerse notar mediante una luz blanca que emula ropajes de época medieval, algo muy propio de un hotel constituido por dos castillos pertenecientes a diferentes épocas en los que los límites están difusos. Todo un atractivo añadido a una escapada de Halloween especial, ya que durante la festividad de Todos los Santos la localidad se convierte en destino predilecto para los amantes de lo misterioso.

Parador Oropesa

¿Quién sabe si al otro lado de la ventana puede aparecerse 'La Dama'? Foto: Sofía Moro

2. Parador de Sigüenza (Guadalajara)

La alcazaba árabe del siglo XII, convertida en icónico hospedaje, tiene un cliente que pernocta en su interior desde hace siglos y del que no se conoce factura. Se trata de Doña Blanca, o mejor dicho, de su fantasma. La que fuera esposa repudiada de Pedro I el Cruel y muriese en extrañas circunstancias, vaga por estos pasillos, conservando el lamento que la acompañó en vida y arrastrando la cadenas impuestas por el monarca.

Parador Siguenza

Por estos pasillos vaga el espíritu de Doña Blanca. Foto: Almudena Martín

Tanto algunos huéspedes como los miembros del personal del Parador de Sigüenza aseguran haber escuchado los llantos de la noble, un relato que hace que la caída del sol o las noches de tormenta auguren un descanso de intriga. De hecho, tal es la fama del hotel que incluso el mediático presentador Iker Jiménez ha producido varios programas en su interior y ha llegado a bautizar a una de sus hijas en el castillo.

Parador Siguenza

Un patio de armas digno de celebraciones esotéricas. Foto: Almudena Martín

3. Parador de Olite (Navarra)

Como si de una ventana a lo sobrenatural se tratase reposa el cuadro de Carlos I, Principe de Viana, en el salón principal del Parador de Olite. Con el rostro torturado, se dice que es desde donde parte el espíritu que recorre los pasillos del castillo, aunque no es el único de su linaje que aún permanece intramuros. Su abuelo, Carlos el Noble, también ronda el espacio montado a lomos de su león Marzot, al igual que su hija, doña Blanca, madre del príncipe, cuyo espectro quedó narrado bajo la pluma de Gustavo Adolfo Bécquer.

Parador Olite

Es fácil de imaginar a la fantasmagórica familia rondando el castillo. Foto: Shutterstock

Unos ilustres fantasmas en una villa íntimamente ligada a los misterios de lo oculto durante siglos, ya que en Olite, como en otros territorios vascos y navarros, la flor de Eguzkilore puede verse decorando y protegiendo decenas de casas. Estas flores no son más que ahuyentadoras de las lamias, unos seres de la mitología vasca a los que se les atribuye el poder de las brujas, una condición por la que muchas mujeres fueron ajusticiadas por la Inquisición y condenadas a la hoguera, muchas en la cercana Zugarramurdi. No es de extrañar que sus espíritus puedan seguir rondando las calles del pueblo buscando resarcir su triste destino.

Eguzkilore

Broche con forma de sol, Eguzkilore, una protección constante. Foto: Eduardo Sánchez

4. Parador de Jaén

El Castillo de Santa Catalina es uno de los espacios más relacionados con los fenómenos paranormales de toda la provincia de Jaén. Ubicado en lo alto del cerro homónimo, sus pasillos, salones y habitaciones -en especial la 22 y 23- llevan años como lugar predilecto para el deambular de sus fantasmas, o al menos eso relatan muchos de los huéspedes que aquí se han alojado. De hecho, uno de ellos llegó incluso a presentar una reclamación alegando que un espectro se había pasado toda la noche llamando a su puerta.

Castillo Santa Catalina Jaén

Las leyendas de fantasmas envuelven el Castillo de Santa Catalina. Foto: Eduardo Sánchez

No son pocos, tampoco, los empleados del Parador de Jaén que afirman haber vivido alguna experiencia extrasensorial, haciendo que las labores cotidianas del hotel se conviertan en una misión en la que el valor es imprescindible. Con fantasmas o sin ellos, lo cierto es que la tragedia está ligada al inmueble, ya que dos historias de amor fueron segadas violentamente en este espacio hace siglos. Quien sabe si, después de tanto tiempo, esas ánimas aún vagan por el castillo queriendo vengarse de sus agresores.

Parador Jaén

El condestable Iranzo es uno de los protagonistas de esas historias de amor. Foto: Eduardo Sánchez

5. Parador de Cardona (Barcelona)

Objeto de culto por parte de quienes se entusiasman con el misterio y espacio a evitar por los trabajadores, la habitación 712 del Parador de Cardona permanece siempre cerrada a no ser por deseo del cliente. Los testimonios que aseguran haber encontrado muebles fuera de su posición original o grifos abiertos han creado la fama de este lugar. La razón podría datar del siglo XI, cuando una cristiana fue encerrada en la torre Minyona por haberse enamorado de un musulmán y murí, según la leyenda, de pena. Una pena que aún recorre las estancias de este castillo y que a más de un huésped ha dado algún disgusto.

Panorámica Parador de Cardona. Foto: Paradores de Turismo.
Panorámica Parador de Cardona. Foto: Paradores de Turismo.